El Presidente Luis Abinader y el Ministro de Relaciones Exteriores, Roberto Álvarez, han aprovechado cuanto foro internacional para clamar por una intervención multilateral en Haití, sin embargo, la denominada comunidad internacional, que vamos a llamarla por su nombre: los Estados Unidos, no va a intervenir mientras considere, y con razón, que la solución está del lado oriental de la isla.
En la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeño (CELAC) el Presidente Abinader en su discurso abordó el tema de la crisis de Haití y puntualizo: “Republica Dominicana seguirá ofreciendo todo el apoyo que esté a nuestro alcance, pero no está en nuestras manos la solución a tan grave problema” y ese mismo día ante el consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el Canciller : “El Gobierno dominicano esta compelido a tomar las medidas necesarias para frenar el impacto de la violencia y el deterioro institucional de Haití pueda tener sobre nuestro territorio”. ¿Están tomando esas medidas?
También el Embajador haitiano ante la ONU declaro “que Haití no puede seguir esperando a esa fuerza internacional”, sin embargo, cuando recientemente en una rueda de prensa los periodistas preguntaron a la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, por cierto, de origen haitiana, sobre la situación de Haití se limitó a declarar que el tema es importante para el Presidente Biden y que “hemos hecho todo lo que podíamos hacer, en este momento, para ayudar al pueblo haitiano”. ¿Qué han hecho? Absolutamente nada porque están convencidos que la solución está en la RD.
Puede leer: El filo de la navaja: entre inflación y crecimiento
Ellos saben que a pesar de los discursos a lo interno no se han tomado las acciones para frenar la migración ilegal, están contestes que las deportaciones son simbólicas, conocen el enriquecimiento de los militares, del negocio de los visados, el tráfico con las parturientas y las oportunidades de empleo en diferentes sectores, aunque con ello se viole la ley.
Aún peor, el Poder Ejecutivo sometió en diciembre 2022 al Senado un proyecto de ley integral sobre trata de personas y tráfico ilícito de migrantes, que en su art. 62 brinda una amplia ventana para que los ilegales “víctimas de los traficantes”, puedan regular su situación migratoria.
Si la RD representa un alivio para la situación de Haití, ¿para que los EEUU y otras naciones van a poner sus soldados a morir luchando contra las bandas o dedicar miles de millones de dólares a la reconstrucción de un territorio habitado por hambrientos descendientes de africanos y donde no hay petróleo ni metales estratégicos?
Los problemas geopolíticos de los EEUU son Rusia y China; Haití es un problema migratorio que se puede resolver con suficientes barcos guardacostas o el control fronterizo, como saben hacerlo, incluso usando la violencia, arreándolos como ganado.
Para que los EEUU y la denominada comunidad internacional comiencen a poner Haití en sus radares el gobierno dominicano debe tomar las acciones contundentes para que ellos entiendan la solución no está de este lado El divorcio entre el discurso y las acciones migratorias y ahora el proyecto de ley “para la protección de las personas víctimas o sobrevivientes de trata y objeto de tráfico ilícito de migrantes”, de ser aprobado, va a tener un alto costo para el país y podría erosionar el capital político del Presidente Luis Abinader.