Efecto espectador crece en redes y aumenta tragedias

Efecto espectador crece en redes y aumenta tragedias

Efecto impide víctimas reciban atención oportuna.

Ante un accidente solo grabar para luego compartir evita incluso salvar vidas; el cerebro puede asumir esa actitud como colaborar

A las 3: 15 de la mañana, cuando la casa de Lucha Rojas ardía, la única persona que lo presenció solo tuvo ánimo para grabar el siniestro que más tarde fue viral en las redes sociales.

El 6 de marzo, Joel Guitierrez sufrió un accidente que lo dejó aprisionado dentro de su vehículo. Esa tarde, los curiosos grabaron y robaron. Niguno llamó a organismos de socorro para que evitaran su muerte.

Este comportamiento, definido como efecto espectador, imposibilita que las víctimas de tragedias reciban la ayuda oportuna para salvar bienes y hasta su propia vida y aunque no es un fenómeno exclusivo de la era digital, sí ha sufrido una masificación con la proliferación de dispostivos tecnológicos.

La sicóloga María Elena Vásquez explica que puede ocurrir porque las personas esperan que los otros actúen, sobre todo las autoridades, por el bloqueo de la empatía, indiferencia hacia el mal ajeno, a veces incluso como mecanismo de protección y claro por la fascinación que ejerce sobre el cerebro la oportunidad de una desgracia para compartirla.

La profesional de la conducta quiere que quede asentado que esto no significa que las personas que así actúan sean malos seres humanos, si no que esta situación es a veces inmanejable porque la euforia controla el escenario y luego de rebasada llega la culpa por no hacer nada.

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Para tranquilidad de los que accionan de ese modo, es posible superar este comportamiento con una intervención adecuada.

En el caso de las redes sociales, Vásquez dice que dos elementos pueden conjugarse; el morbo traducido más tarde en el afán de ganar vistas, y que el cerebro reacciona de forma distinta cuando el peligro es ajeno y su única opción podría ser espectar por no saber cómo afontar o incluso por miedo.

Pero hay más, la gente que graba y comparte lo asume como una manera de ayudar. “Es una situación tal que algunos creen que con subir esas imagenes ya han colaborado. Es un modo de convencerse de que lo hicieron bien. Entonces eso calma la conciencia porque el cerebro les dicta que jugaron un papel activo. Mas, es falso”, sustenta.

De los robos a víctimas,
A diferencia de solo espectar frente a accidentes, robar sí es un delito. La especialista dice que muchos hasta explican su proceder ante sí mismos con justificaciones como que la persona igual moriría y ya no necesitaría sus pertenencias. Alerta sobre la insania de este comportamiento que debe ser trabajado.

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