Consecuencias. Nociva sobre la salud de la persona laboralmente activa

Doctora Rosio del Pilar Rymer
Médica familiar / Prevencionista de Riesgos Laborales del Hospital General de la Plaza de la Salud (HGPS).

Pudiera pensarse que “no tener nada para hacer”, terminar en una hora el poco trabajo del día y ponerse a
“matar el tiempo” durante las siete horas restantes, hacer solo lo mínimo en el trabajo y presentarse únicamente a cobrar sería como estar en el paraíso.

Sin embargo, definitivamente la realidad es distinta y hasta desmoralizadora al momento de sentir la obligación de cumplir el horario que demanda una jornada laboral sin saber qué hacer. Actualmente resulta familiar el término burnout o síndrome del desgaste profesional. No obstante, en esta ocasión nos detendremos a conversar sobre el síndrome del aburrimiento laboral o el boreout, en vista de que no es lo mismo “estar quemado” a “estar crónicamente aburrido”.

Aunque el burnout y el boreout son extremos opuestos, ambos forman las dos caras de una misma moneda, dado que en el primero existe un exceso de actividad laboral y en el segundo predomina su ausencia. En ambos casos la consecuencia a mediano y largo plazo sobre la salud de la persona laboralmente activa, es un efecto nocivo sobre su bienestar emocional, salud mental y productividad. Este síndrome se caracteriza por producir en el ser humano alteraciones de tipo psicológicas hasta el punto de fingir estar realizando alguna actividad en la jornada laboral diaria de 8 horas, cuando en verdad, no tiene nada que hacer.

La seriedad de esta situación ha hecho que sea catalogado dentro de los riesgos derivados del trabajo en la subcategoría de Riesgos Derivados de la Carga y Organización del Trabajo.

La expresión boreout fue conceptualizada por primera vez en el año 2007 por Rothlin y Werer, dos consultores suizos que revelaron cómo su traducción lo menciona las causas y consecuencias de estar aburrido de manera crónica. Lo definieron como un desequilibrio entre el tiempo de trabajo y el volumen de tareas a realizar, causado la mayoría de las veces por la sensación de que el trabajo no tiene sentido, por la falta de estimulación intelectual y por las pocas perspectivas de progreso.

Las causas del aburrimiento laboral o Síndrome de Boreout están relacionadas con el tipo de organización o ambiente laboral y no solo afectan la salud del empleado sino también la productividad de la empresa, asociándose estas a la realización de tareas repetitivas, monotonía, liderazgo inflexible, falta de planificación organizacional, empleados sobrecalificados, poca claridad en las funciones a desempeñar, inestabilidad laboral, entre otras.

A pesar de las escasas investigaciones realizadas se ha podido identificar que la población laboral más afectada son los jóvenes activos, y aquellos que tienen períodos con una gran carga laboral seguidos de otros con poca actividad, como son los trabajos de temporada.

Los afectados pueden referir o manifestar baja autoestima, sentimiento de vergüenza y de culpabilidad, estrategias de evasión para “matar el tiempo”, falta de compromiso con el trabajo y sensación de inutilidad social. Las consecuencias para la empresa son empleados poco comprometidos y absentismo.