En el Parque Puerta del Cielo, al oficiar una eucaristía con motivo del Día de las Madres, monseñor Víctor Masalles oró por las madres y exhortó a serles fieles siempre.

El amor a las progenitoras no se detiene ni en el cementerio. Durante la conmemoración del Día de las Madres, ayer, las escenas en los cementerios se tornaron melancólicas y tristes, pero siempre llenas de mucho amor y una infinita ternura de hijos que acuden a orar y a compartir tiempo con ese ser amado que ni con la muerte se olvida.

En el Cementerio Nacional de la avenida Máximo Gómez, con una marcada asistencia de devotos, Luis Basora lloraba a su madre fallecida durante la pandemia y a quien visita por segunda vez. Una flor roja y un velón blanco, colocado dentro de un vaso, quedaron por varias horas como testimonio de la fidelidad del amor a su madre, a quien antes de irse, le pidió “que desde el cielo me siga cuidando”.

En otra manzana, una familia oraba por el descanso de una madre con 10 años de fallecida. Así, se fueron repitiendo encuentros de hijas, nietos, hermanos, padres y madres que lloran a sus madres o a sus hijas, en un día que conforme pasan los años se hace más intenso, en día de la venta flores y detalles para adornar las tumbas o los nichos de las madres.

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Una madre llora a su hijo

Es un acto doloroso de ver. No me dijo su nombre. Así lo quiso. Más, susurraba lo que solo ella quería decirle, algo que no tuvo tiempo para compartirle en vida al vástago amado, que partió el 24 marzo del 2012, en un aparente accidente de tránsito en horas de la noche. Lo único que dijo esa madre es que no tiene respuesta para la muerte de su hijo.

Masalles ora por las madres en Puerta del Cielo

La eucaristía por la conmemoración del Día de las Madres fue emotiva en el Parque Cementerio Puerta del Cielo y tuvo las oraciones del obispo de Baní, Víctor Masalles, que elevó su voz para entonar un “Ave María” por las dadoras de vida.

Resaltó la importancia de las madres y el rol fundamental en la crianza de los hijos y el desarrollo de la familia, como núcleo central de la sociedad y del país.

El tradicional acto con la eucaristía oficiada por Madalles contó con la asistencias de cientos de fieles, de invitados, los ejecutivos de Parque del Cielo e invitados a la misa en honor a todas las madres, con una mención especial para las que descansan en el primer camposanto privado del país. Asistido por el reverendo padre Roberto Solano, Masalles exhortó a las madres a mantenerse firmes en la fe. Les recordó que “madre solo hay una”. El teólogo Masalles impartió una bendición especial para las madres ausentes y para las presentes, que acudieron al cementerio a recordar a las madres que reposan aquí.

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El presidente del Parque del Cielo, Leonardo Vargas, reiteró el compromiso de brindar servicios de calidad en el cementerio.

Enfatizó la tarea de trabajar para dignificar la atención a las familias que se vinculan a Puerta del Cielo y que hacen de este camposanto su última morada. Un momento que unió a los presentes con Masalles y con los directivos del Parque fue la elevación hacia el cielo del rosario gigante, elaborado con globos biodegradables, en colores blanco y azul pastel, y con una imponente cruz en la parte inferior.

A medida que se eleva el rosario, con melodía de violines en vivo, voces del coro Matices y el Ave María de Franz Schubert, los presentes hacían fotografías para eternizar el acto que organiza Puerta del Cielo en el jardín, como forma de honrar a las madres y recordar el valor incalculable de su entrega.

La ceremonia sirvió para compartir con los deudos y con los visitantes, en un brindis para recordar el valor del amor, de las madres, de la paz y la alegría de tener familia.

Aníbal Díaz entrega presentes a madres

Festejos
Con música del merenguero Bonny Cepeda, la presencia del presidente de la Cámara de Diputados, Alfredo Pacheco y de otros legisladores, el diputado del Partido Revolucionario Moderno (PRM) hizo obsequios a las madres de las circunscripciones 1, 2 y 3 de la Capital en el Club Los Prados.