Miami (EE.UU.). Una investigación realizada por la estadounidense Universidad de Miami (UM) ha constatado que las aguas del Atlántico Norte absorbieron un 50 % más de dióxido de carbono de origen humano en los últimos diez años que en la década anterior. Los resultados del estudio, divulgado hoy por la Facultad Rosentiel de Marina y Ciencias Atmosféricas de la UM, muestran el “impacto que la quema de combustibles fósiles ha tenido en los océanos del mundo en los últimos diez años».
Para determinar la absorción total y el almacenamiento de dióxido de carbono en el Atlántico Norte en las últimas décadas, el equipo de científicos de la UM analizó los datos obtenidos de los mismos lugares, con un período de diez años de diferencia, para “identificar los cambios causados por el CO2 de origen humano».
Los datos fueron recogidos en dos estudios elaborados por expertos en barcos financiados por la Fundación Nacional de Ciencias, Clivar (Variabilidad Climática CO2 de Hidrografía) y Go-Ship o Programa Hidrográficas de Investigación Global del Océano. “Este estudio muestra el gran impacto que todos nosotros estamos teniendo en el medioambiente” y confirma que el “uso de combustibles fósiles no solo está causando un cambio climático, sino afectando a los océanos al disminuir el pH”, señaló en un comunicado Ryan Woosley, investigador del Departamento de Ciencias Oceánicas de la UM.
Los océanos ayudan a ralentizar el aumento del CO2 de origen antropogénico en la atmósfera al “absorber y almacenar alrededor de un cuarta parte de las emisiones totales de dióxido de carbono». El Atlántico Norte es una zona marina de alta absorción y almacenamiento de CO2, lo que supone un fuerte impacto en los ecosistemas marinos e importantes organismos, como corales y moluscos, al disminuir el pH de las aguas.