El equipo de España se coronó campeón el 20 de agosto en el mundial femenino de Nueva Zelanda y Australia y las cosas que han pasado a partir de ese título apenas les ha dado tiempo para celebrar en grande la proeza.
Desde la premiación de ese torneo de lo que más se ha hablado es del beso en la boca que dio Luis Rubiales (presidente de la federación), a la capitana Jenny Hermoso.
En principio, al ser preguntada, la jugadora dio poca importancia “una anécdota” dijo, y junto a sus compañeras celebró el beso en el autobús coreando al “presi”, y recordando el de Iker Casillas a su novia Sara Carbonero tras la final de Sudáfrica 2010. (Siempre que España gane un mundial tendrá que haber un beso). Pero las cosas cambiaron totalmente cuando llegaron a España.
El lunes 21 España amaneció enardecida con opiniones y comentarios condenando el beso de Rubiales a Hermoso, y desde ese día se ha hablado más de este que del título obtenido por las valiosas jugadoras hispanas.
Jugadores masculinos se han expresado en apoyo a las muchachas incluso desoyendo el llamado a la selección, políticos, comentaristas deportivos y de otros temas han condenado el hecho.
El mismo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tuvo tiempo para hablar del “bochornoso” caso.
Y un grupo de dirigentes del fútbol español aprovecharon la situación para pescar en río revuelto, queriendo escalar al puesto de Rubiales. En fin, el beso de Rubiales a Jenny Hermoso alborotó las cosas en España. Creo que Luis Rubiales será suspendido y todo volverá a la normalidad. El fútbol sigue su agitado curso.