Por Julio Ravelo Astacio
(1/4) Orígenes:
Al producirse el descubrimiento, el encuentro de dos mundos en nuestra isla, bautizada como la Hispaniola por los conquistadores, el impacto de dicho acontecimiento fue de tal magnitud que transformó radicalmente la sociedad taína.
La actitud y el comportamiento de la mayoría de los españoles que pisaron nuestro suelo fue de tal envergadura que terminando aniquilando violentamente la vida de los aborígenes, se produjeron asesinatos en masa, y los propios indígenas indefensos prefirieron recurrir a suicidios colectivos. Estos hechos fueron de una proporción tal que, en menos de cincuenta años se extinguió la casi totalidad de la comunidad considerada en unos 400 mil habitantes.
La vida social de los taínos, sus mitos, prejuicios, creencias y costumbres – que conforman la base de toda conducta humana- desaparecieron casi por completo, quedando hoy técnicas de cultivo, alimentos, nombres propios y comunes, más algunas reminiscencias y nostalgias.
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A los pocos años de la colonización, se hizo necesario a los colonizadores, importar mano de obra para continuar este proceso que enfrentaba grandes desafíos socioeconómicos ante la desaparición del oro y la implantación de la producción azucarera.
Para ello se procedió al tráfico de negros africanos que eran traídos en la condición de esclavos. Los negros desarraigados de su lar nativo, de sus familiares y amigos, transportados en condiciones inhumanas, llegaban a territorio que desconocían y en el cual eran tratados con la mayor crueldad. La frustración y la soledad fueron sus primeras reacciones.
Una vez iban conociendo su lugar de destino, se escapaban a la primera oportunidad y se establecían en los lugares más inhóspitos de nuestras montañas, lugares denominados “Manieles o Palenques”. Allí el grupo asumía una actitud de lucha, de resistencia y de recreación de su libertad. Algunos Manieles duraron más de sesenta años.
El Maniel ignorado de la historiografía nacional es de los fundamentos importantes a tenerse en cuenta en el conocimiento de la formación de nuestra identidad cultural, debido a que este fue un espacio cultural de creación y resistencia donde se expresaron costumbres, creencias, dentro de un sincretismo donde se mezclan elementos de la cultura taína, española y africana.
La integración de las matrices étnicas aborigen, española y africana están en la base de la complejidad cultural del pueblo dominicano.
Concepto de Nación
Para el tratamiento del concepto de Nación moderna se requiere integrar los siguientes aspectos:
1. La idea de Comunidad Económica, que debe ser entendida como la comunidad de relaciones económicas contradictorias, entre grupos socioeconómicos antagónicos.
2. La existencia de experiencias comunes, que en la historia de los pueblos cuenta de manera decisiva para producir diversos grupos de identidad, situación que genera un sentimiento de copertenencia al mismo conjunto.
3. A partir de la tradición histórica y la comunidad económica se realiza un proceso de representación ideológica que se expresa en la elaboración cultural de todo aquel conjunto de experiencias nacionales.
En su conceptualización de nación, Torres Rivas E. toma en cuenta como la realidad nacional en la que está inmerso un conjunto de individuos, no solo implica relaciones en el orden de lo económico, sino el compartir y realizar un proceso histórico con que se conforma toda una complejidad de representaciones ideológicas que a su vez se reproducen y actúan.
De esta manera, la nación, entendida como la categoría histórico-social, supera la consideración restringida en términos de elementos naturales, como son los de vínculo con el territorio y la pertenencia a una etnia.
En lo referente a los conceptos de nacionalidad y nación, Cristóbal Pérez A. manifiesta la necesidad de que el análisis de estos temas se realice integrando categorías de las ciencias jurídicas, de la economía y de la psicología social. De este modo, dicha integración posibilita establecer una distinción conceptual entre nación y nacionalidad.
El concepto de nacionalidad está relacionado a aspectos como el lenguaje común, peculiaridades de mentalidad y culturales, las cuales tienen que ver con los hábitos, costumbres y tradiciones comunes que caracterizan una comunidad humana y a sus miembros (C. Pérez A.).
En este sentido, podemos decir que la nacionalidad encierra una dimensión cultural que se va plasmando a través de un proceso sociohistórico.