El dialogo de Antony Blinken y Luis Abinader

El dialogo de Antony Blinken y Luis Abinader

Melvin Matthews

Contrario a lo ocurrido hace cinco años cuando Mike Pompeo, secretario de Estado de Donald Trump, dialogó vía telefónica con el presidente Danilo Medina para recriminarle por este poner en peligro las instituciones democráticas con su plan reeleccionista, y no adherirse al imperio de la ley y la Constitución, la conversación que acaba de sostener Antony Blinken, el secretario de Estado de Joe Biden, con el presidente Luis Abinader, ha sido reconfortante, portadora de un mensaje de gratitud hacia el Gobierno dominicano por la cooperación brindada en la evacuación de estadounidenses del convulsionado Haití, según las notas diplomáticas provenientes de ambas administraciones.

En julio del 2019 la llamada de Pompeo a Medina, que entre otras cosas se refería a la importancia de que todos los actores políticos preservaran las instituciones democráticas de cara a los comicios del 2020, condujo a que los aprestos reeleccionistas impulsados por funcionarios y legisladores allegados a Medina finalizaran los intentos de reformar la Constitución en procura de la habilitación del mandatario para optar por un nuevo periodo, cuestión que legalmente tenía vedado. La llamada fue aprovechada por la oposición de entonces, hoy en el Gobierno, pues propició un decisivo revés político a las aspiraciones de Medina, que necesitaba el apoyo de Washington para lograr su objetivo continuista.

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Creo que la llamada telefónica de Blinken a Abinader carece de elementos aprovechables para la oposición de ahora. Al revés, luce beneficiosa, de apoyo electoral y político para el presidente Abinader, quien procura continuar por un segundo periodo consecutivo y marcha favorablemente en las encuestas.

Las notas corroboran que el diálogo abarcó la crisis haitiana y las acciones coordinadas en curso, que muchos ciudadanos estadounidenses han retornado seguros desde Haití a Estados Unidos debido a la colaboración de Abinader.

Evidentemente, y como suele ocurrir en la diplomacia bilateral, no ha trascendido todo lo tratado en esa llamada telefónica al más alto nivel entre representantes de dos Estados, cuya amistad se consolida permanentemente. Hay derecho a pensar que se planifica algo más sobre Haití en sustitución de los propuestos campos de refugiados y la detención de las deportaciones, rechazados por Abinader, pero los Gobiernos no están obligados a ofrecer detalles completos a la opinión pública por más transparencia que practiquen. A propósito, Biden, quien también quiere reelegirse, anunció que deportará indocumentados haitianos.

Finalmente, creo que el diálogo Blinken-Abinader subraya la relación de confianza existente entre la Casa Blanca y el Capitolio de Santo Domingo.

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