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CLEVELAND – José Ramírez ha pasado por una buena cuota de problemas al bate desde agosto pasado, teniendo el promedio más bajo en las Grandes Ligas en ese lapso. Pero el tercera base dominicano de los Indios dio señales de estar listo para cambiar el rumbo de su temporada.
Con una fuerte brisa soplando para adentro, Ramírez vio a su compatriota Kelvin Herrera, relevista de los Medias Blancas, llegar al montículo con dos outs, un corredor en segunda y el partido empatado en el cierre del noveno inning el miércoles. Ante el quinto envío de Herrera, Ramírez dio un batazo que llegó hasta las gradas del jardín derecho para darle la victoria a Cleveland en el Progressive Field.
“Caí abajo en la cuenta y quería tirar mi mejor pitcheo ahí—la recta”, dijo Herrera. “La dejé por el medio y pagué el precio”.
“Yo estaba bien contento”, dijo el manager de los Indios, Terry Francona. “José atacó esa bola y se trataba de un (lanzador) al que no le había hecho mucho”.
El jonrón de Ramírez fue el primero en su carrera para dejar en el terreno al rival y la cuarta ocasión en que deja tendida a la oposición. La última vez había sido el 17 de septiembre del 2016.
Pese a su lento comienzo, Ramírez llegó al jueves con 17 partidos al hilo embasándose. Es la racha más larga de la Liga Americana, durante la cual ha bateado .269 con ocho empujadas, dos cuadrangulares y porcentaje de embasarse de .395.
“Entiendo la naturaleza del juego”, dijo Ramírez. “Tiene altibajos. Afortunadamente, tengo un historial, sé lo que he hecho y lo que puedo lograr. Eso es lo que trato de recordar. Y recuerden también que es una temporada bien larga. Acaba de comenzar”.
