Resulta difícil entender cómo verdaderas potencias industriales y comerciales sueñan que aplicando aranceles proteccionistas puedan frenar a otra potencia que ha demostrado que es incontenible y que, además, evadiendo la competencia tengan opciones de desarrollo. Mas absurdo aun recurrir a un argumento que contradice su propio quehacer económico-comercial.
Elevan aranceles a un nivel que evidencia que el objetivo es cerrar el mercado. Así excluyen a los productos ecológicos chinos incluyendo sus vehículos eléctricos y los generadores de energía limpia. Claro que China produce más de lo que demanda su mercado interno lo que le permite exportar. Si el “exceso de capacidad” es negativo y afecta el mercado global tanto EEUU como las principales potencias europeas tendrían que limitar muchos de sus sectores económicos. Si no veamos.
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Alemania exporta 80% de su producción de autos; Japón el 50% y EEUU el 25%. China exporta 12% de su producción de automóviles. EEUU es gran exportador de productos agrícolas, bienes de alta tecnología, aviones civiles, así como diversos bienes industriales con niveles de producción por encima de las necesidades internas. ¿Va a declarar “exceso de capacidad” y reducir la producción y la siembra? Ni decir de algunos sectores de servicios. Son rublos en los que EEUU ostenta ventajas comparativas de eficiencia, pero tiene que importar aquellos en los que no es eficiente. Washington exporta 80% de los chips que produce. Boeing y Airbus producen esencialmente para la exportación. Si el exceso de capacidad se va a definir a partir de producir por encima de la demanda interna entonces son muchos los que tienen que empezar a frenar sus capacidades nacionales.
Recibir importaciones competitivas reduce el nivel de los precios y estimula la competencia entre empresas en aras de conseguir o mantener clientes y genera más innovación para diferenciarse. ¿Acaso los que han liderando la economía y el comercio mundial por más de 100 años no han exportado los volúmenes que han querido? Ahora quieren bloquear la competencia.
Un pseudo análisis económico no les permite apreciar el daño que se autoinfligen. Recientemente un informe del Banco de la Reserva Federal de Nueva York alertaba sobre las pérdidas financieras derivadas del desacoplamiento de EEUU de China producto de su guerra comercial. Ello, aseguraba el Banco, ha afectado la rentabilidad y empleomanía de las industrias estadounidenses afectadas.
El argumento de “exceso de capacidad” contra China no es un elemento económico sino geopolítico.