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En el artículo anterior tratamos de la importancia y evolución de la tecnología, en este trataremos la más reciente revolución de Inteligencia Artificial: ChatGPT. Uno de los usos más comunes de GPT es en el campo de la generación automática de texto, ya que puede crear respuestas coherentes y naturales a preguntas o tareas específicas. También se utiliza en la generación de contenido automatizado, como resúmenes de noticias o generación de diálogos en videojuegos.
Además de su capacidad para generar texto, GPT también tiene habilidades de procesamiento del lenguaje natural, como la comprensión del significado del texto y la capacidad de responder preguntas. Esto lo convierte en una herramienta valiosa para aplicaciones como el asistente virtual, el chatbot y la atención al cliente automatizada.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que GPT no es perfecto y todavía tiene limitaciones. Por ejemplo, a menudo produce respuestas que son irrelevantes o inapropiadas a la pregunta, y puede tener dificultades para comprender el contexto o el tono de una conversación. Además, debido a que GPT se entrena en gran medida en el texto disponible en Internet, puede replicar prejuicios y desinformación existentes en la web.
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En resumen, el ChatGPT es una tecnología prometedora que ha abierto nuevas oportunidades en el campo de la inteligencia artificial y el procesamiento del lenguaje natural. Sin embargo, también es importante ser conscientes de sus limitaciones y tomar medidas para superarlas, las cuales estamos seguros no podrán conseguirlos.
Christian Terwiesch, profesor de Wharton en la Universidad de Pensilvania, concluyó: “ChatGPT3 habría recibido una calificación de B a B- en el examen. Esto tiene implicaciones importantes para la educación de las escuelas de negocios”, citando la necesidad de revisar las políticas de examen, el diseño del currículo y la enseñanza.
Este tipo de inteligencia artificial generativa (ChatGPT) genera miedo, aversión y asombro en igual medida. Pero es el mundo de la educación el que está más asustado.
Desde que OpenAI lanzó el modelo de generación de lenguaje ChatGPT antes de Navidad, las escuelas públicas de Nueva York han prohibido que los alumnos lo usen. En Australia, las universidades están planeando volver a los exámenes supervisados con lápiz y papel para evadir las falsificaciones de los chatbots. Este año, dicen, será el año de la ruptura de la inteligencia artificial. Aunque esa declaración podría haber sido hecha en cualquiera de los últimos años, esta vez realmente lo dicen en serio.
Entrenaron al programa con el aprendizaje por refuerzo, con la retroalimentación de los humanos. Es decir, que los desarrolladores humanos le dieron conversaciones al programa en las que interpretaban a ambas partes: el usuario y un asistente de inteligencia artificial.
En la próxima entrega trataremos sobre el impacto y la visión que tienen los desarrolladores y el colectivo acerca del potencial uso de la Inteligencia Artificial.