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Mucho se está hablando de la inflación en un momento del mundo en que casi todas las materias primas están experimentando un formidable shock simultáneo de oferta y en que la inflación se siente en todos lados aun en los países más ortodoxos a nivel monetario, hasta Alemania y Suiza sufren fuerte inflación.
Resulta útil en esta coyuntura diferenciar corto plazo y largo plazo en un contexto inflacionario.
La inflación sigue en escalada y la Fed determinó aplicar una subida de tasas de interés poco vista en décadas. Los mercados globales están respondiendo en retroceso, incluyendo América Latina. La inflación, incluyendo los precios de alimentos y energía, está en más de un 8 por ciento, en Estados Unidos, cifra parecida está ocurriendo en Alemania, Canadá y más alta en España. Nadie menor de 50 años ha experimentado algo así en su vida adulta. Es por esto que los más influyentes analistas fallaron en los pronósticos de la inflación y las reacciones tardaron en aplicarse, lo que agravó, innecesariamente, el proceso inflacionario.
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Además de las repercusiones de carácter macroeconómica, la actual subida de la inflación es regresiva, y son los hogares de bajo ingresos los que se ven más afectados por el incremento del costo de la vida. En una región que históricamente registra niveles de desigualdad elevados, la erosión del ingreso real provocada por la escalada de los precios de los alimentos y la energía no hará sino aumentar las tensiones económicas que enfrentan los hogares vulnerables de la región. Asimismo, como se indicaba en la edición del informe de octubre de 2021 “Perspectivas económicas regionales” del Banco Mundial, los hogares de bajo ingreso ya habían sido los más perjudicados por las consecuencias económicas de la pandemia.
Los ecos de la década de 1970 fueron fuertes, aún se recuerdan, esta fue una inflación superior a la esperada, con grandes conmociones, produciendo un debilitamiento del crecimiento. Pero las diferencias también son alentadoras.
El precio real (neto de inflación) del petróleo saltó, sustancialmente, más entre 1973 y 1981 que en este momento y este componente tiene un efecto cascada en productos como en servicios.
La inflación global actual, también tiene una base mucho menos amplia que en la década de 1970. Esto es especialmente cierto en el caso de la inflación «básica». Sin embargo, esto puede deberse a que nos encontramos en una etapa temprana del proceso inflacionario. En estos momentos de incertidumbre, hay temor de que el proceso inflacionario se alargue.
En las últimas semanas, la liquidación continuó en los mercados de Estados Unidos (el S&P 500 cayó alrededor de -8% desde el viernes 24 de junio del 2022). Los rendimientos del tesoro se dispararon: los inversionistas no asumen el riesgo del mercado abierto y buscan refugio en los títulos públicos, redujendo al mínimo la diferencia entre los rendimientos de los bonos de corta y larga duración.
En la próxima entrega trataremos los efectos de la incertidumbre inflacionaria en los mercados emergentes.