El mito: Discurso verdadero sobre un objeto ideal; las apariencias vs el ser (2)

El mito: Discurso verdadero sobre un objeto ideal; las apariencias vs el ser (2)

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§ 1. La gran contribución del mitólogo rumano Mircea Eliade al estudio comparado de las religiones universales es el haber elaborado un método y unos conceptos apegados estrictamente al método de la historia, el cual prohíbe afirmar sin prueba documental o de otro tipo, y basar dicho estudio en disciplinas auxiliares como la etnología, la antropología, la crítica literaria y artística, la filología clásica y la lingüística moderna.

Con este legado, independientemente de la posición de Eliade como hermeneuta religioso y resacralizador de lo sagrado, no hay forma de extraviarse cuando el investigador emprenda el estudio metodológico de cualquier religión, secta, “primitiva” o contemporánea, porque se cuenta con el camino desbrozado para deslindar dónde se agazapan las ideologías (creencias, mitos, leyendas, etc.) y dónde existe conocimiento nuevo sobre el tema estudiado, es decir, los diferentes puntos de vista nuevos basados en las pruebas documentales.

§ 2. De todas las religiones arcaicas o primitivas, la más fascinante de todas, para mí, desde el punto de vista de la metodología histórica, es el judaísmo y haber entrado en contacto con Eliade y su estudio de los orígenes de las religiones paleo-semitas.

¿Por qué el monoteísmo instaurado por Moisés y sus sustitutos no prendió a nivel masivo durante la esclavitud israelita en Egipto (desde 1706 a 1491 antes de Cristo) y la mayoría del pueblo judío practicó al politeísmo no solamente en el imperio faraónico, sino también durante el tiempo de su esclavitud en Babilonia bajo Nabucodonosor, época en que adoraron a Bel (Baal) y Astarté (desde 597 a 539 antes de Cristo, cuando tras intensas negociaciones volvieron a Jerusalén)? ¿Fue durante el tiempo de la esclavitud babilónica que el minoritario grupo de intelectuales judíos deportados a Babilonia, conocidos como profetas y mesías, elaboraron “un pensamiento rigurosamente monoteísta, muy influido por la ciencia mesopotámica? ¿No tuvo ninguna influencia el monoteísmo egipcio fundado por el faraón Amenhotep IV o Amenofis IV, conocido también como Akenatón, quien reinó de 1353 a 1336 antes de Cristo, aunque hubiesen transcurrido casi dos siglos y medio de aquel cambio religioso radical en Egipto?
La esclavitud hebrea en Egipto sucedió casi dos siglos antes de que Akenatón creara el monoteísmo.

§ 3. ¿Cuál era la novedad y las ventajas y desventajas del monoteísmo judío frente a las demás religiones politeístas de los imperios que esclavizaron a los israelitas y su fuerza de trabajo en Egipto y Babilonia y luego del colapso del Estado hebreo en el año 722 antes de Cristo, sufrieran su nueva esclavitud en el año 70 antes de Cristo cuando Vespasiano y su hijo Tito conquistaron y destruyeron a Jerusalén y su templo y desapareciera hasta hoy el Arca de la Alianza?
Los judíos fueron llevados a Roma como esclavos para trabajar en el Circo Máximo y en las demás grandes obras del imperio para uso civil, militar o religioso, así como en la estructura agraria productora de los alimentos necesarios a la subsistencia del pueblo romano.

Esta precisión es importante por el giro histórico del judaísmo que se verá asociado como “continuidad” histórica del cristianismo, error en el que caen todos los estudiosos de esta última religión, incluido Eliade, con lo que ellos llaman la civilización “judeo-cristiana”.

El judaísmo y el Viejo Testamento no tienen nada que ver con el cristianismo y el llamado Nuevo Testamento. Los judíos detuvieron la historia con la invención de Cristo, el salvador, redentor o mesías del mundo, acontecimiento esperado hasta el día de hoy por los judíos. Como se sabe, el cristianismo fue una religión inventada por Lactancio en el mundo helenizado de la diáspora hebrea y no hebrea del Mediterráneo con elementos mágicos egipcios y le fue propuesta al augusto Diocleciano por el dicho Lactancio, pero el gobernante rechazó la oferta por considerarla absurda y contra los principios de Roma, pero Constantino, al tomar el poder total del imperio, aceptó la propuesta de Lactancio como una forma de crear una nueva religión para el pueblo, distinta de la religión politeísta de las élites, y que tal religión nueva asegurara la sobrevivencia del imperio amenazado por la gran crisis económica, social, política e ideológica que implicó la lenta disolución del imperio desde la época de las grandes sublevaciones de esclavos y la lucha de los territorios conquistados de África y Asia Menor sometidos al pago de grandes tributos y alimentos necesarios a la alimentación del pueblo romano, que no trabajaba, como luego lo hizo costumbre la nobleza y la aristocracia europea desde que condenó como vil todo trabajo manual.

§ 4. Del gráfico de la figura 1 que muestra el tiempo mítico y las religiones comparadas de Egipto (trimurti Osiris-Isis-Horo); en Acadia, Sumeria, Asiria y Babilonia (donde los dioses, aunque con nombres distintos, son los mismos, reinan Marduk-Tiamat-Sin), en la India (Brahma-Visnú-Siva), en Persia (Aura Mazda-Arimán-Paz), en Israel (Yahvé-la Serpiente o Satanás-el Mesías prometido), en Grecia (Zeus-Hera-Ares) y en el mundo occidental con el cristianismo (Yahvé-la Serpiente o Satanás- Jesucristo), solamente me interesarán Israel y ese mundo del Oriente Próximo, ya que tanto el judaísmo como el cristianismo surgirán como briznas de los escombros de las religiones trimurti o de “las tres formas” propias del antiguo Egipto, Mesopotamia, India y Persia. Y aunque en casos como los de Egipto, Persia e Israel aparece un binarismo teísta o polaridad, estos son una falsía, porque en todas estas religiones hay un dios supremo que vence el Caos y otro que simboliza el conservadurismo que restablece la paz (aunque esté ausente como nombre).

En todas estas religiones, si se las compara, los dioses supremos significan “la luz, luminosidad, o lo celestial”, ya que la palabra “dios” significa ese en sánscrito y en las demás lenguas indoeuropeas, pero que en nuestros idiomas romances o derivados del latín por un efecto ideológico religioso y gramatical, tal sustantivo común ha sido convertido en sustantivo propio escrito con mayúscula con el objetivo de evitar toda asociación con el mito como ficción, mentira o engaño y convertir el discurso del nacimiento del dios como verdad. Es el propio Émile Benveniste, el maestro del estudio de las lenguas orientales, quien nos ha aclarado el origen filológico de todas estas palabras de las religiones indoeuropeas en Le vocabulaire des institutions indo-européennes. 2. pouvoir, droit, religion (París: Minuit, 1969, p. 180).

En todas estas religiones si se las compara, los dioses supremos significan “la luz, luminosidad, o lo celestial”, ya que la palabra “dios” significa ese en sáncrito y en las demás lenguas indoeuropeas. Benveniste nos aclara origen…

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SÍNTESIS

Pero las religiones paleo-semitas de Egipto, Mesopotamia, India y Persia vivirán su respectiva historia como “desdicha” o la normalidad del sufrimiento, como las definió Eliade (El mito del eterno retorno: Buenos Aires: Emecé, 1968 [1949]).

Cito la edición francesa de 1969 de Gallimard), pero a excepción de Israel, este fatalismo será transformado, como se verá en la próxima entrega, por el concepto de fe, que también será rescatado por el cristianismo helenizado de Lactancio y Eusebio de Cesárea con su Nuevo Testamento escrito en griego, no en hebreo, aunque como se demostrará la diferencia radical entre judaísmo y cristianismo en la adopción en el primero de la teleología de la abolición de la historia con la aceptación de un Mesías que vendrá para abolir la historia y con ella, el acceso del pueblo de Israel a la escatología.

En cambio, para el cristianismo de Lactancio y Eusebio, ya el Mesías llegó, encarnado en la figura del hombre-Dios Jesucristo, aunque mientras tanto, la historia no está abolida hasta que este mismo Jesucristo no reaparezca una segunda vez el día del Juicio Final, en el que, al igual que con la trimurti egipcia, los mortales serán pesados, como lo hacía Osiris, en una balanza y según sean mayoritarias las obras buenas, el sujeto se ganará la vida eterna y si las acciones malas han pesado más que las buenas, se ganará el Infierno o el fuego eterno. Consejas para niños y creyentes ingenuos o como dice Guirand en el párrafo siguiente: “formas varias adornadas por la fantasía de estas creencias”.

Para proseguir y empalmar con Eliade y el origen mítico de la religión de Israel y el cristianismo, suscribo esta definición de mitología de Félix Guirand: «La Mitología (…) supone en cada lugar la creencia en poderes sobrenaturales, es decir, en seres distintos de los hombres corrientes y, a la vez, superiores a ellos.

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La superioridad de estos poderes se entiende en el sentido de que ejercen sobre los humanos, ya directamente, ya a través de los fenómenos naturales, una influencia ventajosa o perjudicial, influencia que es provocada mediante ceremonias y prácticas rituales si ha de ser favorable, o bien neutralizada o repelida por los mismos medios en el caso contrario.

No estará, pues, fuera de lugar, a modo de iniciación en el estudio de las formas varias y más o menos adornadas por la fantasía que estas creencias habrán de adoptar en los diferentes pueblos, que tratemos de situar sus orígenes y averiguar en qué momento de la vida de la Humanidad pueden fijarse». (Mitología general. Barcelona: Labor, 1971, p. 1).
(Continuará).