“No es fácil escuchar los gritos de hombres siendo torturados y esperar que llegue tu momento”.
La frase fue expresada ayer por Francisco Aníbal González, uno de los miles que sufrieron torturas durante la tiranía de Trujillo, en la denominada cárcel La 40, donde en la actualidad funciona la parroquia San Pablo Apóstol, en el sector Cristo Rey, en el Distrito Nacional.
Aníbal González, pariente de las Hermanas Mirabal y miembro del movimiento clandestino antitrujillista 14 de Junio, contó partes de las barbaries cometidas por los esbirros del régimen en ese centro de torturas, en la apertura de la exposición en los muros de la parroquia, la cual muestra algunas de las crueldades cometidas por la dictadura.
González indicó que la cárcel era llamada por los secuaces de Trujillo como “el Templo de la Verdad”, porque allí usaban todo tipo martirios y suplicios contra los conspiradores, a fin de que revelaran sus planes y de quienes les acompañaban.
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Manifestó que en esa prisión, aparte de someterlos a la conocida silla eléctrica, a los apresados le sacaban las uñas, le daban golpizas con azotes y le echaban perros preparados para morder a los prisioneros.
Informar a la Juventud
La iniciativa es del Museo Memorial de la Resistencia Dominicana, que tiene el objetivo de llevar información, en especial a la juventud, de como surgió la dictadura y sus principales características y que conozcan cómo La 40 pasó en 1957 a convertirse en una cárcel clandestina y un centro de torturas.
Luisa de Peña, directora del Museo, dijo que ese es el inicio de una serie de actividades que llevarán a distintas comunidades, para exponer la corrupción, abuso de poder y violaciones a las libertades fundamentales y el rechazo a Trujillo y su régimen dentro y fuera del país.
Exposición permanente
La exposición estará en los muros de la parroquia de manera permanente, para que los moradores de Cristo Rey que visiten o transiten por el lugar, conozcan la historia de lo que pasó en la cárcel que una vez funcionó en ese lugar y para propiciar visitas escolares de los centros educativos de ese populoso sector.
En el lugar los visitantes además, encontrarán testimonios de los prisioneros que convirtieron sus historias en textos, en los que narran las torturas que vivieron en la prisión.
Encierros al margen de ley
La 40 fue una cárcel secreta usada por la tiranía de Rafael Trujillo para encerrar opositores secuestrados por esbirros del régimen al margen de la ley, sin que le conocieran sometimientos ante la justicia y sin que sus familias supieran de sus paraderos.
En ese lugar eran sometidos a las más salvajes torturas, detalles que son conocidos gracias a los testimonios de cientos de personas que pasaron por el recinto y sobrevivieron y a las fotografías que el mismo régimen obligaba a tomar sobre los hechos.
Dos de los fotógrafos obligados a hacer instantáneas mientras los prisioneros eran sometidos a tortura en una silla eléctrica, los hermanos Fuentes Berg, decidieron remitir secretamente los negativos al extranjero, para denunciar los crímenes que cometía el régimen, por lo que ambos fueron asesinados.