Ciudad del Vaticano. El papa Francisco criticó hoy que la gestión predominantemente empresarial en los hospitales excluye en todo el mundo a los pobres al comercializar la atención médica, durante un mensaje con motivo de la Jornada Mundial del Enfermo.
El pontífice animó a los centros sanitarios católicos a “mirar al pasado sobre todo para dejarse enriquecer por el mismo”, aprendiendo de la generosidad de los fundadores de hospitales, de su creatividad “impulsada por la caridad” y de su compromiso con la investigación.
“Este legado del pasado ayuda a proyectar bien el futuro. Por ejemplo, ayuda a preservar los hospitales católicos del riesgo de ‘empresarialismo’, que en todo el mundo intenta que la atención médica caiga en el ámbito del mercado y termine descartando a los pobres”, advirtió en su mensaje, difundido por la Santa Sede.
Francisco destacó que “la inteligencia organizacional y la caridad requieren más bien que se respete a la persona enferma en su dignidad y se la ponga siempre en el centro del proceso de la curación». En su opinión, “estas deben ser las orientaciones también de los cristianos que trabajan en las estructuras públicas y que, por su servicio, están llamados a dar un buen testimonio del Evangelio».
Por otro lado, el papa dijo que “no se debe olvidar” la “historia de dedicación” de la Iglesia a los necesitados y los enfermos a lo largo de su historia. Una atención que, defendió, “continúa hoy en todo el mundo”, tanto en los países ricos como en los pobres.
En los primeros, con sistemas sanitarios públicos y adecuados, la Iglesia “además de proporcionar una atención médica de calidad, trata de poner a la persona en el centro del proceso terapéutico y de realizar la investigación científica en el respeto de la vida y de los valores morales cristianos».
Por contra, “en los países donde los sistemas sanitarios son inadecuados o inexistentes, la Iglesia trabaja para ofrecer a la gente la mejor atención sanitaria posible, para eliminar la mortalidad infantil y erradicar algunas enfermedades generalizadas».
Francisco explicó que la Iglesia “en todas partes trata de cuidar, incluso cuando no puede sanar” con sus instituciones sanitarias, que hacen las veces de un “hospital de campaña” que “acoge a todos los heridos por la vida».