SANTIAGO DE CHILE. El papa Francisco aceptó el sábado la renuncia del cardenal Ricardo Ezzati, arzobispo de Santiago de Chile, y nombró a un sustituto temporal para gobernar la arquidiócesis más importante del país sudamericano después de que Ezzati se viera involucrado en varios escándalos de abuso sexual y encubrimiento en la nación.
Durante una conferencia ante los medios en Santiago, Ezzati afirmó el sábado que está seguro de que la justicia determinará su inocencia y que se va “con la frente muy en alto”.
“Toda denuncia ha sido enfrentada y por consiguiente habrá que esperar lo que la justicia diga de eso. No basta que a uno le digan que es encubridor. Hay que probarlo”, afirmó.
Sin duda alguna el escándalo de abusos sexuales “ha sido el dolor más grande de este tiempo”, agregó el cardenal y uno de los mayores jerarcas de la Iglesia chilena.
El papa nombró el sábado al actual obispo de Copiapó, monseñor Celestino Aós Braco, un fraile capuchino nacido en España, como reemplazo temporal de Ezzati. Aós Braco será administrador apostólico, a la espera de encontrar a otra persona que pueda cubrir esa vacante.
En un comunicado en el que solicitó oraciones por su nuevo trabajo, Aós reconoció las dificultades que le esperan, señalando la “luz y las tinieblas, los éxitos y las deficiencias, las heridas y los pecados” de la Iglesia de Santiago. Sin embargo, Aós también se enfrenta a acusaciones de encubrimiento después de que un exseminarista lo acusara de ayudar a demorar su caso hace años.