Los precios están por las nubes y amenazan con subir más, un fenómeno del que no escapa ningún país.
En el nuestro bajaron cinco décimas en julio respecto al mes anterior, hasta 9.43 por ciento interanual, marcando cinco meses consecutivos sobre nueve por ciento.
Con políticas restrictivas los bancos centrales bajan y estabilizan la inflación, el nuestro, para contribuir con la convergencia gradual al rango meta de 4% ± 1%, temprano se dio una hoja de ruta que aplica para reducir el exceso de liquidez y subir los intereses, el primer aumento de 50 puntos básicos en noviembre 2021, el más reciente la pasada semana, 25 puntos básicos, acumulando 350 puntos básicos desde enero hasta agosto de este año, pasando de 4.50% a 8.00% anual.
Dio un giro de 360 grados a su política monetaria no obstante reconocer el peso de la oferta importada en la inflación general, asociado a aumentos de precios del petróleo, gas natural, materias primas, transporte marítimo de contenedores y otras disrupciones en las cadenas de suministros.
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El “librito” dice que un mayor costo del dinero ralentiza el consumo y la inversión, luego baja el precio de la oferta de bienes y servicios para adecuarse a la nueva demanda, es decir, sirve para controlar la inflación, aunque impacta negativamente el crecimiento económico.
Es la secuencia en tiempos normales, ahora se necesita, además, un profundo análisis económico para no concluir de manera errónea, como sucedió la semana pasada cuando algunos economistas afirmaron que el alza de los intereses reducirá el crecimiento y el empleo en el segundo semestre de este año. Debieron considerar lo siguiente.
Uno, continúan los efectos positivos en el sector real de la economía de la contundente política monetaria implementada para recuperar la demanda agregada luego de superarse la crisis de la pandemia, lo que en buena medida explica el crecimiento del PIB alrededor de su potencial, 5.3%, en los primeros siete meses del año.
De hecho, de las facilidades por RD$250,000 millones, permanecen vigente préstamos por RD$125,000 millones destinados al consumo de familias y a sectores productivos, la gran mayoría a una tasa de interés de 8% anual por un periodo entre 3 y 4 años.
Dos, no obstante, la política monetaria restrictiva, la tasa activa de interés promedio ponderada de la banca múltiple se ubicó en 11.8% interanual, por debajo del nivel previo a la pandemia, y el crédito al sector privado en pesos mantiene su dinamismo, se expandió 13.9% interanual a final de julio de este año.
Y, tres, el aumento de los intereses por parte de nuestro Banco Central no mejora ni empeora la posición relativa del país frente a Estados Unidos y otras naciones desarrolladas, todo queda igual porque por allá sucede lo mismo, por lo que no es válido suponer reducción del flujo de capitales y ritmo de inversiones en pesos de los sectores.