POR DOMINGO ABREU COLLADO
La creación del «Servicio Nacional de Protección Ambiental», o Policía Ambiental, pretendió llenar la necesidad de un cuerpo armado y entrenado para desarrollar operativos de protección y prevención ambiental en todo el país. Semejante intención dejaba clara la necesidad de suficientes recursos logísticos, de crecimiento y de muy variado tipo para poder cubrir todo el territorio nacional.
Esos recursos no han podido ser canalizados hacia la única institución militar especializada en la protección de nuestros recursos naturales, áreas protegidas y zonas frágiles, aparte de ser la institución idónea para la prevención del delito ambiental en las áreas pobladas.
Actualmente, la Policía Ambiental se esfuerza en el desarrollo de un proyecto que persigue «capacitar personal de la clase civil debidamente reclutados de la ciudadanía, sobre el diseño, planificación y ejecución de acciones tendentes a fortalecer el sistema de vigilancia, monitoreo y control ambiental, a través del dominio de las herramientas legales y operativas que la legislación ambiental y procesal pone a disposición de la Policía Ambiental en su doble rol de policía preventiva y policía judicial, de igual forma con el personal de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, como forma de relacionar el tema de la seguridad ambiental con la doctrina de seguridad nacional. Actuará de manera similar con los procedimientos a implementar en los diferentes casos de delitos ambientales, para que puedan desempeñarse eficientemente en el cumplimiento de sus deberes dentro del Servicio Nacional de Protección Ambiental, eficientizando de paso toda la institución haciendo menos vulnerable todo el sistema de protección y conservación ambiental».
Probablemente sea el punto más neurálgico de este proyecto su interés en colocar «el tema ambiental como uno de los principales roles de las Fuerzas Armadas», puesto que la defensa de la integridad territorial dominicana es la razón básica de la existencia de los organismos castrenses del país dentro de sus propósitos de seguridad y defensa nacional.
El proyecto actual que anima la Policía Ambiental se justifica, como expresa el diseño del proyecto, por la urgencia de su capacitación y eficientización técnica. Insiste en que más que una sección de entrenamiento, esta debe ser una escuela de profesionales para formar personas más capacitadas para que protejan desde una óptica modernista y vanguardista nuestros recursos naturales.
La preocupación de la Policía Ambiental refleja en su proyecto que «es un hecho que la importancia, riqueza actual y potencial de las cuencas (hidrográficas) están seriamente amenazadas. El progresivo incremento de la deforestación para suministro de materia prima para los aserraderos en operación, abastecer de leña a las comunidades y dar paso al monocultivo de pastos y a los sistemas agrícolas de laderas, resultan negativamente impactantes, ya que no existe un sistema de control y vigilancia efectivo que proteja la regeneración natural y evite la irracional práctica de quemas e incendios forestales».
Por otro lado, la Policía Ambiental destaca en su proyecto la necesidad de enfrentar la pérdida de diversidad biológica, la contaminación hídrica, atmosférica y de suelos; las bajas tasas de reforestación, la cacería incontrolada, la destrucción de refugios de fauna y bancos genéticos de flora, y la falta de vigilancia en las áreas naturales protegidas.
La presión contra las ballenas
La presión que reciben las ballenas que llegan hasta las costas dominicanas quedó manifiesta en la amplia difusión internacional del accidente ocurrido en el Banco de la Plata el pasado 12 de marzo, cuando un grupo de turistas se acercó hasta una ballena jorobada que (aparentemente) dormía junto a su ballenato.
El grupo fue conducido hasta casi encima de la ballena por un touroperador, y luego se aviaron para introducirse en el agua y moverse nadando hasta el animal. La ballena, al sentirse invadida y en peligro el ballenato, sacudió la cola causando serias lesiones a algunos de los turistas, quienes debieron ser llevados a un centro asistencial de Puerto Plata, donde el servicio no fue ni mínimamente profesional, cosa que también fue difundida por los canales televisivos norteamericanos.
Se presentan tres casos interesantes en esta situación. El primero tiene que ver directamente con la práctica de la observación de ballenas tanto en el Banco de la Plata como en Samaná. Evidentemente no hay controles para dicha actividad, por lo que algunos touroperadores abusan de la quietud con que se manejan estos animales.
En segundo lugar, se hace evidente que algunos touroperadores no calculan el riesgo de acercarse a una ballena, porque además dicho riesgo es parte de un negocio que no discrimina entre la simple observación y la aventura de nadar junto a éstas, acción por la que se pueden obtener mayores beneficios económicos.
En tercer lugar está la falta de equipos médicos en nuestros hospitales, situación que salió a relucir junto al accidente del Banco de la Plata como una noticia alarmante, puesto que se trata de un país receptor de turistas de todo el mundo que no ofrece condiciones de asistencia profesional en casos de accidentes.
Diana Reiss y los delfines
La doctora Diana Reiss estuvo en la República Dominicana en esta semana para solicitar personalmente al secretario de Estado de Medio Ambiente, doctor Max Puig, que impida la traída de doce delfines desde Taiji, Japón, que se exhibirían en un delfinario de la República Dominicana.
Diana Reiss es investigadora científica y fundadora y directora del Programa de Investigación de Mamíferos Marinos en los Laboratorios Osborn de Ciencias Marinas, con sede en el Acuario de Nueva York, una extensión de la Sociedad por la Conservación de la Vida Silvestre (Wildlife Conservation Society WCS).
Por otro lado, la doctora Reiss es miembro del Centro para la Investigación y Conservación Ambiental (CERC) y del Departamento de Ecología, Evolución y Biología Ambiental de la Universidad Columbia.
La doctora Diana Reiss ha estado desarrollando estudios sobre las posibilidades de comunicación con los mamíferos marinos, el conocimiento animal comparativo y la evolución de la inteligencia entre éstos. Su trabajo incluye el rescate y rehabilitación de mamíferos marinos enclaustrados. Ha sido una de los científicos más comprometidos con la campaña para proteger a los delfines de la muerte en las redes de pesca del atún.
Diana Reiss ha publicado artículos en numerosas revistas y publicaciones científicas internacionales y capítulos de libros. Ha protagonizado programas de televisión en los que se incluyen Nature, National Geographic, Wild Kingdom, Today Show u varios otros programas sobre naturaleza de la BBC.
Su libro, «Reflections on the Dolphin Mind» (Reflexiones sobre la mentalidad de los delfines) trata sobre el alto nivel de complejidad de las relaciones sociales y de conducta de los delfines «nariz de botella». Es una combinación de estudios experimentales y de observación que ha provisto a los científicos de importantes aspectos interiores de la mentalidad de los delfines.
Un atentado a todo el movimiento ambiental
La intención de eliminar físicamente a Esteban Polanco (Mellizo), directivo de la Federación de Campesinos Hacia el Progreso, en Bonao, es un atentado a todo el movimiento ambientalista y ecologista de la República Dominicana, dada la importancia que tiene el trabajo de esa Federación, y de Esteban Polanco, propiamente, para toda la región del Cibao Central.
Esteban Polanco fue emboscado cuando bajaba junto a su esposa, su hijo mayor y su cuñado desde Hoyo del Pino, donde está la sede de la Federación de Campesinos Hacia el Progreso, y le fue lanzada una bomba incendiaria al interior de su vehículo, resultando con gravísimas quemaduras tanto él como su cuñado, y con quemaduras leves su hijo.
La bomba entró por el vidrio delantero de la camioneta, estallando en su interior. Salvaron la vida gracias a que lograron mantener la dirección del vehículo y no se estrellaron. Luego de sofocar las llamas, y aun con la gravedad de sus quemaduras, se dirigieron a un centro de salud en Bonao, de donde fueron trasladados de urgencia a Santo Domingo. Tanto Esteban Polanco como su cuñado permanecen en cuidados intensivos en el Centro Médico de la Universidad Central del Este.
La intención de asesinar a Esteban Polanco y a sus familiares no puede ser pasada por alto, en medio de la terrible lucha que desarrolla el movimiento ambiental por la conservación de nuestros recursos naturales y contra las prácticas que anulan las posibilidades del uso sostenible de nuestros suelos, aguas y bosques, como ocurre en las lomas de Bonao.