El que a hierro mata…

El que a hierro mata…

Claudio Acosta

Si están comprando alcaldes es porque hay alcaldes que se venden y viceversa. A lo que solo habría que agregar, como dice doña Alejandrina Germán, que tan malo es el que los que compra como el que se vende. Por eso digo que la primera puerta que debió tocar el PLD para quejarse es la de sus propios alcaldes, a quienes debería reprocharles su deslealtad hacia la organización que los postuló al cargo, y sobre todo la facilidad conque cambiaron de chaqueta.

Pero sabe que no tiene derecho a esperar tanto, pues así como se han disparado hasta la estratosfera los costos de hacer política en el país, al extremo de que solo quien dispone, sin importar su origen, de millonarios recursos puede pagar el costo de asumir una candidatura así sea una simple regiduría, asimismo ha ido degradándose la calidad de los aspirantes y candidatos, y en el Congreso Nacional y las alcaldías abundan los ejemplos.

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Es duro decirlo y mucho más duro y difícil tener que convivir con esa realidad, de la cual el descarado transfuguismo tan de moda en estos días es una consecuencia lógica. Es por eso que a pesar de ser tan pernicioso para nuestra vida democrática es ya una “tradición” cada vez que se acerca un proceso electoral, como parte de una “cultura” política en la que predominan el arribismo y el oportunismo.

Hoy el PLD se queja, pues su condición de partido de oposición lo coloca en una situación desventajosa, precisamente porque no existe una ley que lo prohíba. Sin embargo cuando fue mayoría en ambas cámaras nunca mostró interés en que se sancione, y la razón es tan sencilla como evidente: entonces, como estaba en el gobierno y administraba el Presupuesto Nacional, se beneficiaba de la compra de alcaldes, legisladores y todo el que estuviera en venta. La corrección política manda a no alegrarse de que el partido morado sea hoy la víctima de lo que ayer propició, ya que la perjudicada es siempre la democracia. Pero el que a hierro mata…