El tiro por la culata

El tiro por la culata

Claudio Acosta

La decisión del Concejo de Regidores del ayuntamiento de La Vega de revocar la resolución que acogió la renuncia de la vicealcaldesa Amparo Custodio, a la que según los rumores la presionaron de tal manera que la forzaron a presentar la dimisión, parece una acción desesperada del PRM para salir del atolladero en que se metió confiando en que podría maniobrar para que el sustituto de Kelvin Cruz fuera un perremeísta de confianza, pero el tiro podría volver a salirle por la culata.

Según el abogado Manuel Fermín, experto en Derecho Constitucional, la acción de los regidores es nula, “como si fuera inexistente”. Argumentó que luego de que el Concejo de Regidores aceptó la citada renuncia, esta se convierte en una situación jurídicamente consolidada que no permite ninguna alteración. Y mas o menos lo mismo opinó Raymond Núñez, concejal del PLD, quien sostiene que la ley no otorga poderes a los regidores para dejar sin efecto la renuncia de un funcionario municipal. ”El PRM quiere utilizar su mayoría mecánica para imponerse”, sentenció.

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Pero esa mayoría mecánica, y a los hechos me remito, solo le ha servido, en el caso de la alcaldía de La Vega, para meter al partido de gobierno en un problema mayúsculo del cual no sabe de qué manera salir, pues escogió utilizar la fuerza para imponer en lugar de la inteligencia para persuadir y convencer. Mientras tanto la decisión de los ediles perremeístas de revocar la renuncia de la vicealcaldesa, perteneciente al Frente Amplio, sigue generando rechazos, a los que se sumó ayer el partido Fuerza del Pueblo, que en rueda de prensa le advirtió que se abstenga de asumir el cargo pues estaría usurpando funciones.

¿En qué terminará todo este embrollo? Eso es difícil saberlo y mucho mas todavía predecirlo, pero la experiencia debería servir a los políticos para recordar lo que con demasiada frecuencia olvidan: en democracia, los votos de los ciudadanos y ciudadanas que tanto se empeñan en conquistar son sagrados, por lo que es su obligación respetarlos.

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