El vacío de políticas que explica el gran daño social por huracanes

El vacío de políticas que explica el gran daño social por huracanes

Tras las mitigaciones en marcha, llega la hora del Estado enfocarse con la minuciosidad de una visión de conjunto sobre las formas precarias de habitar que no consisten exclusivamente en asentarse cerca de donde ocurren crecidas de ríos y cañadas y en frágiles bordes de abismos, lo que sucede mayormente por desorientación y falta de mecanismos de disuasión que obliguen a construir con resistencia.

También existe alta vulnerabilidad a ráfagas de viento en lugares llanos y topográficamente aceptables en los que no se han levantado casas dignas, resistentes y de costos asequibles como ocurre en varias partes del mundo gracias a las cruzadas que desarrollan organizaciones humanitarias que emplean tecnologías funcionales y baratas que servirían de mucho en cualquier país caracterizado por conglomerados de marginación urbana y rural como en la República Dominicana, donde con frecuencia falta asimilar lecciones.

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Una vez más se procederá en breve a levantar un censo que medirá la población a nivel nacional y la forma en que se cubren de intemperie millones de dominicanos de pobreza o pobreza extrema.

En el pasado, los empadronamientos no fueron utilizados para luego diseñar programas que impactaran el déficit de viviendas adecuadas factibles con el uso de la mano de obra del propio campesinado asesorándole y ayudándole materialmente a superar riesgos con materiales accesibles. Aportarles soluciones prácticas antes de que lleguen los ciclones de siempre.