El Waterloo reformista

El Waterloo reformista

El traumático proceso llevado a cabo por el grupo dominante de la franquicia reformista, en los últimos meses, ha provocado una nueva y definitiva división en el partido que dejara como herencia política el fenecido líder reformista doctor Joaquín Balaguer. La torpeza, iniquidad y desfachatez conque los negociadores reformistas han llevado el proceso de alianzas de ese partido, no sólo es repugnante a la vista de sus conciudadanos, sino que determina la insaciable y voraz vocación mercantil de los principales actores de este escenario de marionetas y figuras de caretas carnavalescas.
El truco de presentar un proyecto propio para reactivar el partido y ponerlo en condiciones de competir electoralmente, no fue más que un ardid para ganar tiempo y negociar conveniencias de tipo personal con el oficialismo, que llegaron a peticiones verdaderamente irracionales imposibles de complacer. Mientras tanto se negociaba a la par con la oposición, aunque se negara pública e internamente.
El Partido Reformista ha gastado en su campaña política decenas de millones de pesos, proyectados en su mayoría a candidatura presidencial, esta inversión obviamente no ha tenido ningún resultado satisfactorio, las encuestas creíbles hasta ahora conocidas, sitúan al reformismo como partido con menos de un cuatro por ciento, y a su candidatura presidencial en un escaso uno por ciento.
Las encuestas que se conocerán en el futuro próximo, no mejorarán en mucho esta situación, sobre todo cuando se haga público en los próximos días la posición contraria a la Alianza PRSC-PRM manifestada en un documento público firmado por más de la mitad de los miembros originales del Directorio Presidencial, que significará el Waterloo definitivo de la tercera fuerza política del sistema.
Como dice el conocido refrán, el reformismo ha dejado camino real por vereda, los pocos candidatos a posiciones electorales que podrían tener éxito en esta alianza inorgánica son los mismos cuyas oportunidades son causantes del mérito propio. Fuera de eso las mismas disminuyen radicalmente.
La casilla tres del PRSC estará ocupada nueva vez por un candidato extra partido, la diferencia estriba, que esta vez las consecuencias serán catastróficas.

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