Algo que no se ha visto en ningún otro magnate, el hombre más rico del mundo actúa por impulso y en la creencia de que tiene toda la razón
Los multimillonarios del sector tecnológico como Bill Gates, Jeff Bezos y Larry Page a menudo hacen planes a largo plazo y gestionan sus asuntos por medio de una maquinaria corporativa de abogados, profesionales de las comunicaciones y diferentes asesores. Elon Musk, de 50 años, no trabaja como ninguno de ellos.
Mientras Twitter negociaba una venta para Elon Musk el mes pasado, la empresa de redes sociales recurrió a un manual de adquisiciones corporativas. Musk, el hombre más rico del mundo, hizo lo opuesto.
«No tenía ningún plan para financiar o administrar Twitter», le contó Musk a un colaborador cercano. Para que se aprobara el acuerdo por 44.000 millones de dólares, Musk recurrió a un pequeño círculo de confianza, que incluía a Jared Birchall, el director de su oficina familiar, y Alex Spiro, su abogado personal. Y, cuando Twitter se resistió a sus proposiciones, Musk presionó a la empresa con una serie de tuits: algunos traviesos, otros crueles y todos impulsivos.
A un grado que no se observa en ningún otro magnate, el emprendedor actúa con base en la veleidad, el capricho y la certeza de que tiene la razón absoluta, según entrevistas con más de 30 empleados actuales y antiguos, inversionistas y otras personas que han trabajado con él. Aunque Musk ha tenido éxito en su apuesta por los autos eléctricos, los viajes espaciales y la inteligencia artificial, a menudo improvisa en los momentos más importantes, evita a los expertos y confía de manera casi exclusiva en su propia opinión, mencionaron estas personas.
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Para operar de esta manera, Musk ha construido un mundo insular de unos diez confidentes que en su mayor parte están de acuerdo con él y obedecen sus órdenes. Entre ellos se encuentran su hermano menor, Kimbal Musk; Birchall; Spiro; y varios jefes de personal. Para manejar la gran cantidad de ideas que tiene, Musk siempre está creando nuevas empresas, la mayoría de las cuales están estructuradas de tal manera que él permanezca a cargo. Sus tenientes de confianza a menudo trabajan en todo su vasto imperio de negocios.
En cuanto Musk identifica el proyecto clave de cada empresa —lo que él llama su “camino crucial”—, toma el mando para asegurarse de que se cumpla su visión y controla los aspectos más pequeños de la construcción y el despliegue de las tecnologías.
En una conferencia de 2018, Musk explicó que actuaba con base en sus impulsos. Fue una lección que aprendió hace más de 25 años después de fundar su primera empresa emergente, Zip2, comentó.
“En realidad no tengo un plan de negocios”, admitió. “Tuve un plan de negocios hace tiempo, en los días de Zip2. Pero esas cosas siempre están mal, así que simplemente no me interesan los planes de negocios después de eso”.
La semana pasada, Parag Agrawal, el director ejecutivo de Twitter, les dijo a los más de 7000 empleados de la empresa que, en cuanto Musk sea el propietario, “no sabemos qué dirección tomará la empresa”.