Desde el pasado 10 de noviembre, el Centro Cultural Mirador Santo Domingo mantiene abierta la exposición “Latidos de Angel”, compuesta por una selección de 20 obras pictóricas recientes de la reconocida artista dominicana Elsa Núñez (1943). La riqueza plástica, la ardiente policromía y los deliciosos juegos texturales que caracterizan estas obras nos revelan la magistral paleta de Elsa Núñez más imaginativa y más vibrante que nunca, siempre con sus pinceladas densas y vehementes; sus trazos energéticos y la manera exquisita con que modula la materia.
Curada y museografiada con rigor y óptimos resultados por Abil Peralta Agüero, esta excelente muestra se constituye en un contrapunto preciso y armonioso para los polivalentes espacios del CCM. Un aspecto interesante de estas pinturas recientes de Elsa Núñez reside en esos celajes imagéticos o espejismos telúricos que fluyen y subyacen ardiendo en las superficies como invitando al espectador no solo al acto fruitivo de la contemplación, sino también a indagar sobre las últimas razones de esos “territorios de la iluminación” que impactan sus retinas, su memoria, su sensibilidad y su consciencia.
En cada una de las obras que integran dicha muestra, dedicada a la memoria de su amado y eterno compañero Angel Haché, fallecido en el mes de abril del año en curso, Elsa Núñez materializa sus espacios pictóricos dotándolos de una notable presencia de lo que podríamos entender como una gracia inevitable o una “impronta espiritual” que llega a provocar en los espectadores sensibles una emotiva y sincera complicidad.
Las razones de que todo hecho transformador implique siempre el dolor, las penas y los momentos trágicos, resultan uno de los grandes enigmas de la existencia. Cada vez que avanzamos un trecho por los caminos del tiempo, nuevos muros aparecen amenazando con borrar lo recorrido. Entonces, la creatividad aparece y reaparece, despertando la capacidad de reconocer en nuestro interior los recursos necesarios para acceder a nuevos estados de sensibilidad espiritual y materializar las profecías de la imaginación. Y esto es, precisamente, lo que testimonia Elsa Núñez con la esplendorosa entrega de sus “Latidos de Angel”.
“Esta muestra está dedicada a mi amado esposo, Angel Haché, fallecido recientemente. Cada uno de estos lienzos, son el producto de todas mis emociones sentidas a raíz de su partida. En ellos plasmo el amor, el dolor y la angustia, que luego se transforma misteriosamente en una fiesta de colores, texturas y en una resplandeciente luz”, declara la emblemática artista y educadora dominicana.
El reencuentro de Elsa Núñez con la presencia de su amado compañero en el plano astral ha implicado una experiencia especialmente intensa a nivel emocional. El impacto de la partida física de Angel Haché le ha permitido acceder a una especie de estado alterado de la conciencia como a medio camino entre la vigilia, el desvelo, el sueño y la iluminación. Los máximos hallazgos estéticos que se desprenden de esta experiencia particular patentizan con fuerza incontrastable un nuevo instante vital y creativo en la práctica simbólica de Elsa Núñez.
En la mayoría de las obras que integran esta muestra, especialmente en las extraídas de las series tituladas “Alfonsina y el Mar” y “Mundo ecológico y Astral” (2016), la efectiva estructuración formal del espacio pictórico, así como la fascinante reactivación de las gamas cromáticas y los juegos texturales sobre la superficie, no dependen tanto del dominio técnico, sino más bien de la profunda compenetración existencial con el medium y de la exaltada visión espiritual que traslucen, tanto las composiciones habitadas por personajes y objetos transfigurados como las punturas radicalmente abstractas de Elsa Núñez.
Los resultados de esta visión introspectiva también producen en el observador una experiencia subjetiva; una compleja reacción mental ciertamente transformadora. La imaginación de la artista se ha impregnado de la enigmática luminosidad de los “invisibles” recintos astrales y cosmológicos; los horizontes ecológicos; las tonalidades climáticas; las texturas minerales de la tierra y las azules transparencias de las aguas. Es como si Elsa Núñez tomara muy en cuenta o quisiera respetar la necesidad del espectador de experimentar su propia condición. En este sentido, la artista facilita al espectador una asombrosa libertad de respuestas que se presiente a través de la honestidad y la misma modestia que adornan su sugestiva personalidad.
La exposición “Los Latidos de Ángel”, permanecerá abierta hasta el 9 de enero del 2017 en horarios de lunes y martes, de 9:00 a.m. a 6:00 p.m.; de miércoles a viernes de 9:00 a.m. a 12:00 p.m. Y los sábados y domingos de 7:00 p.m. a 10:00 p.m. El Centro Cultural Mirador está localizado en la Av. Mirador No. 1, en Santo Domingo.