Durante la revuelta de abril de 1965, los sectores involucrados en el movimiento, incluyendo el Gobierno estadounidense, debatieron múltiples opciones, para la escogencia de una persona neutral para encabezar un Gobierno provisional que pusiera fin a la confrontación constitucionalista.
El exembajador de Estados Unidos John Barlon Martín, en la nueva condición de enviado especial del presidente Lindon B. Johnson, luego de recibir la noticia de que el Congreso Nacional, en una sesión efectuada en Ciudad Nueva, había designado al coronel Caamaño como “presidente constitucional”, incrementó las gestiones para instalar un Gobierno capaz de detener el avance de los constitucionalistas y de grupos que calificó de “comunistas”.
De inmediato, Martín llamó a la embajada de EEUU a su amigo, el general Antonio Imbert Barreras, para que presidiera un Gobierno para sustituir la Junta Militar que se había constituido en San Isidro, y que conformaban los generales Pedro Bartolomé Benoit (FAD), Máximo Enrique Saladín (EN) y Olgo Santana Carrasco (MDG). Fue así como nació el Gobierno de Reconstrucción Nacional, encabezada por Imbert.
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Desde su exilio en San Juan, Puerto Rico, a fines de junio de 1965, en plena revuelta, el expresidente Juan Bosch escribió una carta a su amigo, el presidente de Venezuela, Raúl Leoni, donde sugería al licenciado Silvestre Alba de Moya para ocupar la presidencia de un Gobierno Provisional. Luego de ponderar las virtudes de su recomendado, Bosch favorecía la escogencia para presidente a una persona que no haya pertenecido al PRD, ni a la Unión Cívica, que pueda tener al mismo tiempo el respaldo de los grupos adinerados sin que sea rechazada por los sectores populares, que no la vean mal ni los trujillistas ni los antitrujillistas, ni los balagueristas ni los antibalagueristas”.
“Esa persona, expresa el político dominicano, está en el país y se llama Silvestre Alba de Moya, actual presidente de la Asociación de Hacendados. Fue viceministro no recuerdo en que Gobierno de Balaguer, y ministro de Trabajo en mi Gobierno, y en esa posición se ganó el respeto de los trabajadores y tiene el de los propietarios porque es el presidente de los hacendados; fue a mi Gobierno como representante del Partido Nacional, y no es ni ha sido miembro del PRD; no es hombre polémico y es eficiente; no es pro norteamericano y sin embargo, es un buen dominicano”. (En el Gobierno provisional del Dr. Héctor García Godoy, don Silvestre fue ministro de Agricultura).
“La clave de la acción tuya (de Leoni) estaría, pues, en obtener que la OEA aceptara un Gobierno de presidencia y gabinete encabezado por esa persona, y que las fuerzas constitucionalistas entregaran las armas a ese Gobierno, no a la OEA; y para lograr esto Venezuela necesitaría el respaldo de los Gobiernos de Chile, Colombia y Perú, sostiene Bosch. Y advierte que “la situación dominicana requiere urgencia, y por lo tanto, yo sugiero que despaches un hombre a Colombia y otro a Chile, y que el de Chile pudiera hablar con Belaúnde (presidente de Colombia) a la vuelta, y que al mismo tiempo despachara otros hombres a Santo Domingo a hablar con Caamaño y que solicite a la OEA un tiempo prudencial, digamos una semana o cinco días o seis de espera antes de tomar decisiones en el caso dominicano.
“Si no andas de prisa, vamos a terminar en una catástrofe. En cualquier momento puede producirse un ataque americano a la zona de Caamaño, y provocaría un baño de sangre. En el ataque del 15 de junio murieron más de 150 personas y más de 300 fueron heridas, aunque se dio oficialmente otra cifra ‘’67 muertos y l67 heridos’’ para no alarmar. La gente que está allí lo que quiere es morir. “Como ya no hay tiempo de desarrollar el plan original, encomiendo en tus manos la salvación de lo poco que podemos salvar en esta crisis momentánea, pues de todas maneras los resultados de la revolución no se perderán a largo plazo”, afirma Bosch.
El Dr. Moya sabe que si lo que te pido se obtiene, él tendrá que cargar con una cruz pesada. Es un hombre responsable, no un ambicioso, no es un político de la vieja guardia y tiene sentido del honor muy vivo. Pero también sabe que está en el deber de hacer un sacrificio por su país. En las actuales circunstancias, sería una suerte que tus esfuerzos tuvieran buen éxito, termina la carta de Bosch al presidente de Venezuela.
Cuando la posible escogencia de Alba de Moya para la presidencia tomó calor, su familia vivió momentos aciagos, incluyendo una bomba incendiaria fue lanzada en su residencia del Ensanche Ozama.