La tierra está temblando. Es lo que se escucha decir desde hace varios días tanto en la República Dominicana como en el mundo, debido a los más recientes movimientos telúricos que se han registrado no sólo a nivel local sino también más allá de los mares.
El impacto más reciente fue el que sucedió en Turquía, un país entre Europa y Asia que ha sido noticia en las últimas 24 horas por dos temblores de tierra superiores cuya magnitud fueron superior a 7. Hace varios días, en territorio dominicano la falla Enriquillo-Plantain Garden removió toda la franja sur de la isla con registro de 5,3, sólo 48 horas despúes que los criollos salieran del pánico que dejó un sismo de menor magnitud
Pero alrededor del mundo, por las decenas de fallas geólicas que existen, la tierra vive en constante movimiento. Se estima que en el año 2022 hubo unos 44 temblores de relevancia en todo el mundo.
Pero, ¿cuál es el mes en el que se producen mayores temblores de tierra en la República Dominicana y el mundo?
«No hay un mes preferencial para terremotos, como lo hay para huracanes y que en el Caribe es septiembre por las altas temperaturas sobre la superficie del mar. Un terremoto puede ocurrir en cualquier momento del año, porque es una rotura en las rocas de la corteza terrestre y esa rotura se produce cuando los empujes de las placas tectónicas, donde unas se mueven 20 milímetros en un año mientras otras se mueven hasta 80 milímetros en un año, superan el límite de resistencia de las rocas y estas rocas se parten en las franjas de fallas sísmicas regionales que están trabadas por la rugosidad o fricción entre los bordes de placas tectónicas», así lo explicó el ingeniero geólogo y miembro desde 1997 de la Academia de Ciencias de la República Dominica.
¿A qué responde ese movimiento?
De León, que también fue asesor científico del Poder Ejecutivo en Geociencias y Sismicidad (2017-2020), detalló que las placas tectónicas se mueven porque las altas temperaturas del núcleo de la Tierra, cercanas a los 5,500 grados celsius, generan corrientes convectivas magmáticas que arrastran y desplazan grandes pedazos de corteza terrestre, y colisionan frontalmente, subducen o penetran unos bajo otros, o se deslizan lateralmente, y la fricción en los bordes genera bloqueo, deformación, plegamiento y finalmente rotura sísmica que libera cuatro tipos de ondas sísmicas:
- Ondas sísmicas de compresión (P).
- Ondas sísmicas de corte (S).
- Ondas sísmicas Rayleigh (R).
- Y ondas sísmicas Love (L). «Las ondas S son las que tienen más energía y son las que hacen colapsar las estructuras porque generan movimientos de cizallamiento en dos direcciones perpendiculares», acotó el experto.
Según Santiago Muñoz, director del Servicio Geológico Nacional (SGN), coincidió con de León, y señaló que el terremoto de mayor magnitud en la República Dominicana fue de 8.1 en agosto de 1946. Otro más reciente fue en septiembre, de 6.5 en el 2003.
«Un aclarando con respecto a la magnitud está no se mide en grados, es un número logarítmico», precisó el ingeniero Muñoz.
Se recuerda que a las 7:11 de la mañana del 1 de febrero de este año, un temblor de 5.3, con epicentro en la provincia Peravia, provocó pánico en todo el territorio dominicano.
Algunas edificaciones en dicha demarcación se agrietaron, sin que se las autoridades hayan reportado daños significativos ni pérdidas humanas.