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En los artículos previos de esta serie, tratamos las principales consecuencias de la situación actual mundial. En este trataremos sobre la polarización de los Estados Unidos, perspectivas de América Latina y las amenazas y oportunidades para la República Dominicana.
Un tema que resulta altamente preocupante es la gran polarización que se acrecienta en Estados Unidos, donde por el momento está amenazando la estabilidad económica mundial, dado que no ha sido posible aprobar el aumento del techo de la deuda, que se alcanzó en enero, al llegar a los
31,38 billones de dólares (trillones americanos) aprobados, desde entonces el Gobierno está funcionando con medidas extraordinarias que han dejado un respiro temporal, pero sin solución definitiva.
Hasta ahora, el aumento de la tasa de interés no ha logrado el objetivo de alcanzar la tasa de inflación prevaleciente antes de la pandemia. Ni en Estados Unidos ni en ninguna parte del mundo, y muchos países de América Latina son de los más afectados.
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Resulta relevante traer una interrogante al contexto: ¿Por qué ninguna nación de América Latina ha pasado el umbral del subdesarrollo?
La distribución del ingreso es uno de los elementos centrales que explican los niveles de desarrollo o subdesarrollo. Un país es más desarrollado que otro no solo por su mayor nivel de riqueza sino también porque la gran mayoría de la población puede gozar de un buen estandard de vida. Es decir, no sólo importa el crecimiento sino la distribución y, más aún, una mala distribución se convierte en un serio obstáculo para el crecimiento.
¿Por qué países pequeños y con escasos recursos, como Tailandia, Vietnam, Estonia y Lituania han logrado avanzar a ser naciones en desarrollo, aun teniendo menos capital humano per cápita, pero mejor formado? debido a que se preocupan por capacitar a la población en su conjunto, enfocándose desde temprana edad a identificar los aspectos más relevantes y necesarios para su desarrollo productivo y la participación en acción comunitaria.
Pocas veces los países de América Latina han enfrentado una situación tan negativa como la actual, no solamente desde la perspectiva económica sino también social. No obstante, a estas condiciones internacionales y domésticas adversas, la economía dominicana es una de las pocas que ha logrado mantener su estabilidad, que fortalecería si aprovechamos la IED.
En el caso de la República Dominicana, si bien está posicionada, aún le falta para alcanzar el desarrollo deseado. Las amenazas están latentes, al ser una economía abierta, con gran dependencia externa, en consecuencia, lo que acontezca en el exterior, afecta como nación. Hasta el momento, la economía dominicana no está contagiada y, si se toman las acciones expuestas anteriormente sobre las oportunidades que tiene el país de crear Agentes de Transformación, el uso adecuado de sus Intangibles y aprovechar la relocalización de los capitales extranjeros, dada su proximidad geográfica, económica y estabilidad política, estamos convencidos, que nuestro país, en tiempo corto, podría convertirse en una nación económica y socialmente empoderada.