En “Diferentes Miradas”, curada por Luz Severino en la Fundación Clément de Martinica, José García Cordero, Charo Oquet, Radhamés Mejía, Ezequiel Taveras, Miguel Ramírez, Cayuco, Iris Pérez, José Almonte, Raúl Morilla, Melvis Matos, Gerard Ellis y Thelma Leonor Espinal exponen los altos niveles de calidad estética, recursividad expresiva, vitalidad imaginativa y riqueza metafórica que signan las propuestas más depuradas y representativas del arte dominicano de la actualidad. 12 creadores que asumen su trance existencial, estético, ético y humanístico, desde el mismo vórtice de la anomia espiritual, sociopolítica y cultural contemporánea.

El pasado jueves 7 de noviembre, la Fundación Clément en Martinica ha dejado inaugurada la exposición colectiva titulada Différents regards/Diferentes Miradas, conformada por más de 40 obras, entre pinturas, dibujos, esculturas, cerámicas, instalaciones y vídeos-instalaciones, realizadas por 12 artistas visuales dominicanos que actualmente se mantienen en plena actividad productiva.

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Los expositores son José García Cordero (1951); Charo Oquet (1952); Radhamés Mejía (1960); Ezequiel Taveras (1965); Miguel Ramírez (1966); Genaro Reyes-Cayuco (1966); Iris Pérez-Romero (1967); José Almonte (1969); Raúl T. Morilla (1970); Melvis Matos (1970); Gerard Ellis (1976) y Thelma Leonor Espinal (1976). La muestra se despliega en los espacios expositivos de la pinacoteca de la Fundación Clément, donde permanecerá abierta hasta el 12 de enero del 2025.

Se trata de 12 reconocidos creadores dominicanos multidisciplinarios cuyos discursos, lenguajes y propuestas, sostienen niveles de calidad estética y capacidad de trascendencia suficientes para su acceso inevitable a los más exigentes espacios de resonancia del arte contemporáneo en el plano internacional. Y este es el caso de la Fundación Clément en Martinica, prestigiosa institución que desde el 2005 viene acogiendo exposiciones de importantes artistas contemporáneos de Europa, África, América Latina y el Caribe.

En su texto crítico para el catálogo de Diferentes Miradas, apunta Felicia Margarita Grullón Perera: “Doce virtuosos que han construido sus trayectorias dentro y fuera de su país de origen, demostrando en cada creación la cultura en la que se han desarrollado, su pensamiento crítico, su formación profesional, los materiales con los que conforman sus ideas y el cimiento en el que han sentado su discurso artístico” .

Curada con esmero y óptimos resultados por la reconocida artista dominicana Luz Severino, basada en París y Martinica desde hace más de tres décadas, Diferentes Miradas impone su registro como la muestra colectiva de arte dominicano contemporáneo de mayor amplitud de medios y profundidad representativa que se haya presentado durante la última década en el contexto caribeño. La majestuosa museografía de la muestra ha sido obra de la reconocida diseñadora y escenógrafa martiniquesa Yvana Vaitilingom.

En su enfoque curatorial, Luz Severino resalta cómo los movimientos artísticos del siglo XX y XXI en República Dominicana han sido influenciados por aspectos socio-políticos y culturales, “haciendo del arte una fuerza transformadora con profundas implicaciones sociales como se observa hasta el día de hoy.

Cada artista está vinculado a un movimiento artístico particular y presenta diferentes formas de expresión, lo que refuerza el intercambio de sentimientos e ideas y luego permite descubrir con mayor profundidad las artes visuales dominicanas contemporáneas” …

Con brillantes participaciones y Diferentes Miradas, destacan José García Cordero Charo Oquet, Radhamés Mejía, Ezequiel Taveras, Genaro Reyes-Cayuco, Iris Pérez, Raúl Morilla y Gerard Ellis. Ahora bien, la muestra adquiere su máximo nivel de acierto selectivo y esplendor museográfico con las videoinstalaciones “La procesión va por dentro” (2016) y “Solapados” (2023), del laureado arquitecto y artista visual Raúl Morilla.

En su texto citado y sobre estas obras, precisa Felicia Margarita Grullón Perera: “Las profundidades de los pensamientos, los deseos, los sentimientos, las creencias y las acciones que hacen de cada ente un cosmos, son exploradas por Raúl Morilla en varias instalaciones formidables que nos convidan a participar del acto creativo, pensando atenta y detenidamente sobre sí mismos, sobre todo aquello que nos une en bien y en mal a la vida” .

En efecto, en las últimas dos décadas, a través de una serie de orquestaciones videoinstalativas polivalentes y esculturas de impecable factura estética, Raúl Morilla desarrolla una poética eminentemente lúdica y una producción simbólica de extraordinaria carga reflexiva sobre los rizomas ontológicos; los espacios sígnicos y las radiaciones imagéticas de nuestra memoria histórica, material y emocional, así como sobre los ritos, relatos, juegos y colisiones deseantes del folklore posmoderno a nivel global…