En español, en inglés, en francés o en italiano, la canción que todos utilizamos para desear un «cumpleaños feliz» tiene la misma melodía, una prácticamente universal, pero de cuyo original, hasta ahora, no se tenían pistas.
James Procell, bibliotecario en la Universidad de Louisville (Kentucky) descubrió hace unos días los pentagramas originales que dieron lugar a la popular canción en los archivos de su biblioteca, una composición que data de 1893, según recogen hoy medios estadounidenses.