Con honrosas excepciones el mercado de las encuestas está contaminado, desacreditado y hasta corrompido en muchos casos. Esta actividad se ha convertido en un lucrativo negocio que se presta a todo tipo de manipulación, extorsión y chantaje. Frank Peña Guaba ha afirmado que tales sondeos son ilegales porque violan los plazos establecidos por la JCE, aunque los partidos pueden realizarlos para consumo interno.
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Divulgar resultados a casi 4 años de las elecciones para crear falsa percepción sobre simpatías de aspirantes es una burla a la inteligencia del pueblo, más cuando se minimizan aspirantes como Guido Gómez Mazara, con talento fuera de serie e indiscutible carisma político. Recientemente, sin estar en campaña porque está dedicado a sus funciones en el Indotel, él fue recibido con euforia en el carnaval de La Vega. El mejor parámetro para medir la simpatía de un candidato fue la convención del PRM. Ninguno de los que patrocinan encuestas se atrevió a competir con Abinader porque “una cosa es con guitarra y otra con violín”, “no es lo mismo llamar al diablo que verlo llegar”. Se van a llevar tamaña sorpresa.