Con la promulgación de la Ley Núm. 1-12 que delineaba la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030 (END) consignada en el artículo 241 de la Constitución, no se hizo esperar el tímido surgimiento de una esperanza de que estaríamos, finalmente, empezando a caminar hacia una verdadera meta de desarrollo y de transformación nacional.
Con amplias consultas nacionales ejecutadas en interés de identificar “qué queremos y cómo conseguirlo”, se hizo un levantamiento de la visión de la población de cara al 2030 para superar los niveles de estancamiento y deterioro de los distintos escenarios que gobiernan las líneas del desarrollo nacional y la satisfacción de necesidades colectivas, lo que facilitó incluir definiciones puntuales acerca del camino a tomar para hacerlo realidad.
El tiempo se encarga de alejar o acercar los eventos y las metas. El 2030, que para el 2012 parecía una eternidad llegar a él, ya está a la vuelta de la esquina y una auditoría a esa END puede revelar cuánto se ha logrado, cuáles han sido los fracasos y sus causas, así como cuál es el camino por andar, y cuyo horizonte supera la fecha prometida.
Entre sus objetivos más puntuales, se identifica el 3.2 que demanda una “Energía confiable, eficiente y ambientalmente sostenible”, comprendida en sus distintos subsectores de impacto en la economía nacional.
El título de este eje es suficiente para obtener del lector una respuesta que se inscribe al fracaso, sin necesidad de adentrarnos en los objetivos específicos ni en sus líneas de acción con cuyas lecturas alcanzaríamos el mayor nivel de desaliento que se pueda registrar.
Basta una lectura de las líneas de acción identificadas en los numerales del 3.2.1.2 al 3.2.2.6 para concluir que falta camino por andar hasta alcanzar un sector eléctrico que responda a esas metas y dentro de las cuales no se encuentra el Pacto Eléctrico, cuyo fracaso fue promovido políticamente desde antes de su apresurada firma.
Lo que resta del camino hacia 2030 obliga a que, con tiempo y antes de que, por efecto de la fusión, desaparezca el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo y el tema quede sin dueño ni responsable de seguimiento, los actores concernidos en fiscalizar el cumplimiento o ejecución de esta END se lancen objetivamente a un trabajo de evaluación y potencial relanzamiento para no perder aquel esfuerzo que materializó en un solo documento el concretar una propuesta estratégica real.