Quizás no habrás escuchado de ella antes, pero es de especial importancia en la historia. El beriberi es una enfermedad que, entre otras manifestaciones, se caracteriza por una parálisis parcial por la afectación de varios nervios o por síntomas cardiovasculares. En el beriberi infantil, en niños menores de un año, los síntomas frecuentes son: dificultad para respirar, debilidad para el llanto (hacen movimientos para llorar pero no emiten sonido), puede tener vómito, diarrea y hasta provocar la muerte.
Antes del siglo XIX se pensó que esta enfermedad era causada por una toxina o un agente infeccioso, sin embargo, el Dr. Tataki, jefe del cuerpo de sanidad de la armada japonesa, demostró que con una dieta con alimentos ricos en proteínas disminuían los casos de beriberi. En efecto esta es una de las llamadas enfermedades carenciales, viéndose en personas con una deficiencia de vitamina B1 o Tiamina.
La tiamina fue descubierta en países del lejano oriente cuyas dietas se basaban mayormente en arroz. Los investigadores se dieron cuenta que este factor “antineurítico” era mas frecuente en sujetos con una dieta deficiente en proteínas y también en quienes comían mucho arroz pulido. Para este tiempo los nuevos molinos mostraron ser muy efectivos removiendo la cascarilla del arroz, pero este proceso eliminaba una capa de aleurona que contiene la tiamina. Los sujetos se mostraban sin ánimo, con debilidad muscular, parálisis de las piernas y eventualmente hasta morían, de ahí que a este factor anti-beriberi fue el primer compuesto en denominarse “vitamina” en el 1911 por el Dr. Casimir Funk en Londres.
Con el tiempo se ha demostrado que la tiamina es un componente esencial en la dieta, sobretodo porque contribuye al metabolismo de los hidratos de carbono, la grasa y el alcohol. Por esta razón sus requerimientos diarios están relacionados con el uso de energía del individuo y la cantidad de calorías que ingiere. Por ejemplo, los niños requieren desde 0.2 a 0.3 mg durante el primer año, hasta unos 0.6 mg hasta los 8 años. En el caso de las embarazadas y madres que lactan, sus requerimientos son aún mayores subiendo a 1.4 mg. Los efectos tóxicos por el exceso son mínimos porque, al ser hidrosoluble, se elimina por la orina.
Las fuentes mas adecuadas de tiamina son: cereales integrales, germen de trigo, extracto de levadura, carne de cerdo, jamón, y algunas hortalizas. Aunque las frutas y la leche contienen tiamina, su aporte usualmente es considerado pobre. Esta columna es la sección educativa de la Sociedad Dominicana de Nutrición Clínica y Metabolismo. Escribe tus preguntas a: sodonuclim@gmail.com / @sodonuclim