“La sociedad se está enfermando de violencia”. Horas después de haber pronunciado esas palabras un presidente Luis Abinader visiblemente afectado por la muerte del amigo que fue el malogrado ministro de Medio Ambiente Orlando Jorge Mera, víctima de la violencia “absurda, salvaje e inútil” que azota al país y el resto del mundo, el representante provincial del Ministerio de Industria y Comercio en Santiago Rodríguez la emprendió a tiros contra varias personas que se encontraban departiendo en un centro de diversión, matando a una pareja de esposos e hiriendo de gravedad a otras dos personas.
En una entrevista que concedió a Edith Febles el senador Antonio Marte reveló que recomendó la designación del funcionario, pero que ignora las razones por las cuales agredió a esas personas, con las que no tenía ningún tipo de problemas ya que apenas las conocía.
Y agregó que uno de los sobrevivientes de la balacera al que visitó en un centro de salud en Santiago, donde son atendidos, le contó que el funcionario llegó al lugar alrededor de las 11:30 de la noche, saludó a un grupo de personas, compró una cerveza, y cuando parecía que ya se iba sacó un arma de fuego, que luego se supo portaba de manera ilegal, y empezó a disparar “a lo loco” contra todo el que se encontraba ahí.
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“Fue como que perdió la cabeza”, diagnosticó del legislador, quien dice no entender lo que pasó ni el porqué de la agresión, pues el asesino es un conocido empresario de la zona y miembro del PRM que hasta ese momento no había dado señales de ser capaz de cometer una acción de esa naturaleza.
Nadie quisiera, Dios nos libre, que esa violencia “absurda, salvaje e inútil” adquiera los ribetes de pesadilla que tiene en los Estados Unidos, por lo que estamos obligados a poner mucha atención a los síntomas de una enfermedad a la que nos convoca a enfrentar, con carácter de urgencia, el asesinato a mansalva de Orlando Jorge Mera.