“Tiene gracia la vida; si te niegas a aceptar cualquier cosa que no sea lo mejor, muchas veces lo consigues.”
Somerset Maugham
El mes de agosto nos pone en contacto con la generosidad que otorga el abuelo sol. Taita Inti como le llaman las comunidades indígenas, es el dador de vida, ¡y no tienes que hacer nada para recibir su luz y su calor.
Si le preguntaras a alguien si se siente merecedor de todo lo bueno que está recibiendo, ¿Qué crees que te contestaría? Sin importar cuál sea la respuesta que te dé, puedo asegurarte que hay una gran distancia entre lo que contestó y lo que vive.
Relacionar esfuerzo con dificultad es una equivocación común que le entrega el poder al ego. Cuando entregas tu poder te sientes mal. Te culpas o culpas a otros por lo que te ha ocurrido.
La culpa es la estrategia que usa el ego para mantenerte en las vibraciones de baja calibración. Cargas con culpas heredadas por tus ancestros y culpas que has ido “coleccionando” con el pasar de los años.
Quien se siente culpable vive con miedo de recibir “castigo”, por lo que se mantiene en alerta constante. También usa la culpa para controlar a las personas del entorno.
La verdad es que lo único que necesitas para cambiar tu vida, es aumentar la consciencia de merecimiento que tienes. Joan Garriga recomienda: “no permanezcan donde no se sientan amados, respetados o bien tratados. O donde no puedan amar, respetar o tratar bien a otro”
La vida siempre te brinda lo que crees que mereces, ni un chin más ni un chin menos. Sentirte merecedor es lo natural, pero se vuelve difícil a causa de las creencias limitantes, que te han hecho pensar que necesitas “ganarte” lo que deseas.
En un cierto nivel es así, en el sentido que la naturaleza humana busca satisfacción en los logros, y eso si alcanza al invertir esfuerzo. La tarea que te reconoce como alguien exitoso es el nacimiento, ¡y lo hiciste muy bien!
¿Acaso conoces una acción más importante que esa? J. L. Sampedro dice: “todo ser humano, por el mero hecho de serlo, merece un homenaje”. La realidad es que estás en este mundo para restablecer la relación de amor, que te entrega todo lo maravilloso simplemente porque existes.
Eres digno de lo mejor y más grande que puedas imaginar, y más. ¿Lo crees? Una vez leí que cuando el rey Alfonso XIII le otorgó a Miguel de Unamuno la Gran Cruz de Alfonso X Sabio, el escritor comentó:
-Me honra, Majestad, recibir esta cruz que tanto merezco.
El monarca le contestó:
-¡Qué curioso! En general, la mayoría de los galardonados aseguran que no se la merecen.
El escritor respondió al Rey:
-Señor, en el caso de los otros, efectivamente no se la merecían.
La invitación que nos hace el mes de agosto es a recordarte que mereces todo lo grato que recibes. Por ejemplo:
-Merezco tomar un baño con agua caliente.
-Merezco un rico almuerzo.
-Merezco el beso amoroso de buenos días que me dan.
-Merezco disfrutar la salud de mi cuerpo.
-Merezco tener el carro que me gusta.
-Merezco recibir buen trato, servicio…etc.
¿Qué crees que pasará cuando te pases el día declarando que mereces todo lo bueno que vives?¡Recordarás que eres un sol!