“Si te pones en una posición en la que tienes que estirarte fuera de tu zona de confort, estás forzado a expandir tu consciencia”.
Les Brown
Despertar es abrir los párpados del alma. Es volver a la inocencia para contener los silencios, que nos proveen las claves para reconstruir zonas sagradas en nuestra propia vida.
Despertar es permanecer a la altura del desafío de crecimiento que nos presenta la vida. Es recordar quien auténticamente somos.
Despertar no solo es posible, sino que está al alcance de todos. Es permanecer atentos, vigilando que el tiempo no pase en vano, garantizar que la transformación ocurra, que podamos asentir a lo que es, que el milagro se manifieste, que la magia se materialice, y que el amor se haga cargo de la vida.
Frecuentemente, el despertar inicia con una duda, una pregunta que toca un viejo malestar, una búsqueda que nos lleva a tomar decisiones, que se traducen en comenzar a formarse para transformarse, a buscar conocimiento y guía, a encontrarse y liberar el potencial interior dormido.
Cuando la consciencia está dormida, son muchos los indoctos que logran pasar por sabios. Esta equivocación origina y sostiene muchos “errores”, tanto individuales, como colectivos. Así, la copia llega a parecer original, afectando los ánimos del mismo modo, pero con un efecto vacío que nos puede llevar incluso a la muerte, como el pez que se alimenta del plástico que encuentra en el mar.
Si no te gustan ciertos efectos en tu vida, tal vez te ayude preguntarte ¿De qué me estoy alimentando? El cierre de un año siempre es una magnífica oportunidad para hacer cosas fuera de la rutina. Como dijo Aldous Huxley, la consciencia sólo es posible a través del cambio y el cambio sólo es posible a través del movimiento.
La navidad suele ser un tiempo de muchas actividades que nos llevan generar una gran cantidad de movimiento. Si cansa, debilita, entristece, enoja o duele el movimiento proviene del ego. El ego se alimenta de copias. La creatividad es un atributo de la consciencia despierta.
Quien ha despertado la consciencia sabe que su única libertad es expandirla, para tocar a otros, tal como fue en el principio cuando éramos Uno. Si trae poder, da alegría, nutre, sostiene, conecta en el amor y crea vida, el movimiento viene del auténtico ser.
Lo que sabemos es una gota de agua, lo que ignoramos es el océano dijo Newton. El que más sabe, sabe que es mucho más lo que ignora y lo confiesa con humildad. El sabio sabe que es imposible saberlo todo, pero conectar con todo si es posible.
Diciembre es uno de los mejores tiempos para despertar. La persona que ha despertado no se afana por el conocimiento, sino por la presencia. Sabe que al estar presente, aquello que necesite saber le será revelado. El despierto se reconoce a sí mismo inmensamente próspero, y en vez de ocupar su tiempo “ganándose la vida”, se ocupa de “vivir la vida” y ¡disfruta TODO!