Por Julio Ravelo Astacio
Amigo lector, ¿alguna vez Ud. se ha sentido estresado? ¿Le han dicho familiares y amigos que está Ud. muy acelerado, que no saca tiempo ni para comer tranquilo, dormir una siesta, conversar con familiares y amigos, salir a dar una vueltecita? ¿Qué lo suyo sólo es trabajar y trabajar? ¿Qué de un tiempo acá Ud. se ha puesto odioso y a toda contesta mal, o pone mala cara, o da una respuesta dura y desproporcionada?
Si esto le ocurre entonces de seguro Ud. está padeciendo de estrés.
Es… tres, es… cuatro, es… cinco, es… 10, pero lo cierto es que el Sr. Estrés está acabando con la vida de muchas personas a nivel mundial y en proporciones muy altas. Vamos a intentar definirlo para que puedan identificarlo y saber cuándo les afecta directamente.
Es un sentimiento de tensión física o emocional. Puede provenir de cualquier situación o pensamiento que lo haga sentir frustrado, irritado, incómodo, con sensación de cansancio, nervioso. Es la respuesta del organismo a un desafío o demanda que se prolonga en el tiempo.
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Generalmente, se tratan de personas que no aprenden a hacer pausas e intercalar períodos de trabajo y compromisos con momentos de ocio. No aprende a poner alto en su diario vivir: todo el tiempo está ocupado. Es un diario correr para lograr cumplir con sus múltiples ocupaciones, reales o que él mismo se procura para no estar nunca tranquilo, nunca en reposo. Las cosas se acumulan, la falta de tiempo, casi no descansa, pero el organismo empieza a quejarse. Se siente agobiado, sobrecargado, tenso. La propia persona reconoce que está nerviosa, irritada, triste, incómoda. Ya no puede más, pero aún no entiende que debe hacer pausas. Poco a poco van apareciendo alteraciones en la actividad cognitiva (memoria).
Es justo mencionar que un determinado nivel de estrés puede ayudarnos a mejorar la atención y el nivel de conciencia. Pero la más de las veces se altera todo tipo de actividad intelectual, razonamiento, juicio, relaciones sociales. Es por ello que la persona estresada se ve con más frecuencia involucrada en conflictos, discusiones y riñas. A pesar de su capacidad intelectual llega a acciones violentas que ni la misma persona se explica: “No se por qué lo hice”, “No me explico cómo pasó”, “En verdad nunca he sido así”.
Las alteraciones motoras desde el temblor a la rigidez muscular, acompañados de cambios del rostro. No tardan en aparecer las modificaciones fisiológicas: toda la estructura neuroendócrina sufre alteraciones afectando la producción de insulina, facilitando la aparición de otras afecciones.
Consecuencias: el estrés no controlado, crónico, genera importantes alteraciones en su salud: Hipertensión arterial, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, obesidad, diabetes. Trastornos gastrointestinales: úlcera gástrica, estreñimiento, diarreas. Dolores en el cuerpo: nuca y espalda. Provoca una baja del sistema inmunológico por lo que le vuelve más propenso a los procesos infecciosos.
Trastornos del sueño, disfunción sexual, caída del cabello y tiene un efecto devastador sobre la salud mental: preocupación excesiva, inquietud, tensión, ansiedad, depresión.
Pero debemos destacar que no todas las personas responden por igual al estrés, va a depender entre otros factores de la personalidad del individuo, sus mecanismos de defensa que se ponen en marcha y los factores medioambientales presentes.
Entre los factores que pueden provocarlo tenemos: conflictos familiares, los estudios, relaciones de pareja, con amigos, laborales, limitaciones provocadas por una prolongada estrechez económica, el pluriempleo, exposición continua al ruido.
¿Cómo evitar el estrés? Algunas sugerencias:
- Evite enfrentarlo de manera poco saludable: comer en exceso, fumar, abuso de alcohol y drogas.
- Planifique y organice su vida.
- Trace metas y vaya materializándolas de manera ordenada y progresiva.
- Haga ejercicios, su cerebro libera sustancias químicas que lo hacen sentir bien.
Puede ayudarle con su energía reprimida o su frustración. Caminar, bailar, montar bicicleta. - Reconozca e identifique las cosas que no puede cambiar.
- Evite situaciones estresantes.
- Asuma una actitud positiva ante los desafíos.
- Haga cosas que disfrute y le diviertan.
- Aprenda nuevas formas de relajarse, conectarse con sus familiares y amigos.
- Duerma lo suficiente.
- Mantenga una dieta saludable.
Si aplica estas recomendaciones y no logra superar el estrés es obligatorio la ayuda profesional, pueden ayudarle a vencer esta desagradable limitación en su existencia y volver a disfrutar la vida.