Los Ángeles. Mirar a la cara a Ethan Hawke (Texas, 1970) es ponerle rostro a la mayoría de películas de terror de Hollywood en la última década.
Una losa que el actor sobrelleva como puede mientras sigue alargando su legado en este género con el estreno del filme “The Black Phone” (Universal).
Una cinta que se estrena hoy internacionalmente y a la que augura una “gran acogida” porque transita entre las historias de fantasmas y una leyenda universal que ha atemorizado a generaciones repartidas por los cinco continentes el hombre del saco.
“No hay nada más terrorífico que esa icónica figura que se afana en robar niños. Es lo peor”, dijo Hawke en una entrevista con Efe.
El hombre del saco en España, el coco en Latinoamérica o ‘boogeyman’ en Estados Unidos son solo algunos de los nombres que recibe este ser que, según la cultura, puede adoptar aspecto humano o configurarse como una suerte de criatura con cabeza y dedos alargados que perturba a niños y padres.
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El personaje al que interpreta Hawke en “The Black Phone” se inspira en esta leyenda y acaba personificado en un sádico mago enmascarado que utiliza sus trucos para raptar y torturar niños a finales de la década de los setenta en Denver (Colorado, centro de Estados Unidos).
“Mi personaje es absolutamente malvado y está fuera de sus cabales. Lo mejor que puede hacer cualquiera es alejarse de él. Eso es todo lo que puedo decir de él”, recalcó el actor mirando a la cámara con su característica expresión de desconcierto y media sonrisilla que pondría a temblar a cualquiera.
La película está coprotagonizada por Mason Thames, quien hace el papel de Finney, un tímido niño que tratará de escapar de las garras del asesino condicionado por una infancia de maltratos físicos por parte de sus compañeros de clase y mental por parte de un padre beodo que acumula botellas de cerveza y paquetes de Kellogg’s.
La actriz Madeleine McGraw hace las veces de Gwen, la hermana de Finney, quien cuenta con poderes divinos y agallas como para dirigirse a Dios en una sociedad profundamente católica y espetarle «¿Qué carajo pasa contigo?, ¿por qué no me haces caso y traes de vuelta a mi hermano?».