Soledad Sevilla expone desde hoy en Madrid sus últimas obras, paisajes irreales, abstractos y líricos, que la artista, unas de las mas reconocidas de los últimos treinta años, ha descubierto al mirar las arpilleras de plástico de los secaderos de tabaco de la Vega de Granada.

«De cerca -ha explicado a Efe la artista-, esas arpilleras son muy abstractas, es la tela sin su transparencia. Yo trato de darle ese movimiento que tiene, la ondulación de una tela colgada. Si me alejo, me acerco al paisaje a través de la tela, me deja ver lo que hay detrás, me permite difuminar el paisaje y alejarlo».

«Nuevas lejanías» es el título de la muestra que abre hoy la temporada en la Galería Fernández-Braso, con veinticinco cuadros de 2014 y 2015, casi todos óleos, algunos de más de dos metros por dos, y diez esculturas en papel y neopreno inspiradas en la arquitectura de los secaderos de tabaco.

Estas pinturas de Soledad Sevilla (Valencia 1944), Premio Arte y Mecenazgo y Nacional de Artes Plasticas y Medalla de Oro de las Bellas Artes, son una interpretación de las arpilleras de plástico que se encuentran dentro de los secaderos y se colocan para cortar el exceso de luz y el viento.

Los paisajes lejanos y las telas poéticas de esta exposición surgen del minucioso tejido que construye la artista con la repetición constante y rítmica de pequeñas líneas que multiplican los efectos de la luz filtrada en tonos azules, grises, blanquecinos, negros, algo de verde .

En algunos casos dejan traslucir formas y colores que sugieren al espectador algún tipo de planta o paisajes fundidos, figuras de las que huye Soledad Sevilla, que confiesa que siempre ha buscado la abstracción.

¿Por qué los secaderos de tabaco inspiran a una artista que persigue la abstracción? «El misterio del arte y la creación es la pregunta incontestable -dice a Efe-, ¿por qué te emociona un poema o un paisaje? Sé que hay un momento en que unas imágenes, o un estado de ánimo, te dan una sacudida y dices: esto yo lo quiero hacer ahora».

«Y nunca es de una manera lineal, es decir nunca hay una idea en mi caso que empieza y la tengo; no, hay como diferentes caminos o rutas que están por ahí, intuiciones que formaban parte de esa idea, y un día convergen y entonces empieza la gran batalla, la gran lucha, el representarlo, el hacerlo».

«Hay un día que las imágenes dejan de ser mudas y despiertan la necesidad de creación. Eso pasó con los secaderos. He estado mucho tiempo haciendo la arquitectura, el mundo exterior de las maderas y las celosías. Las esculturas y los cuadros de gran formato basados en las maderas han sido el precedente de esta exposición».

La artista comenzó a tomar imágenes de los secaderos de tabaco de la Vega de Granada en 2007.

«Visito los secaderos con frecuencia y observo con preocupación su desaparición paulatina. He tomado imágenes de muchos que han dejado de existir», explica Sevilla, que a partir de 2013 se ha inspirado en las arpilleras de plástico.

El título «Nuevas lejanías» tiene vocación interpretativa, dice la artista, porque por un lado hace referencia a ese movimiento que le acerca y le aleja y le difumina el paisaje y por otra parte es una referencia a lo lejano que cree que esta su propuesta de la sociedad de hoy».

Soledad Sevilla comenzó su carrera a finales de los sesenta, cuando formó parte del Seminario de Generación Automática de Formas Plásticas del Centro de Cálculo de la Universidad Complutense y ha desarrollado una trayectoria artística en la que ha investigado las relaciones de la luz, la materia y el espacio, tanto en sus pinturas, como en las esculturas e instalaciones.

Por Concha Tejedor.