
Sánchez Ramírez. – La empresa minera Barrick Pueblo Viejo afirmó a través de un comunicado, el compromiso sostenido con los más altos estándares de seguridad en la construcción y operación de la presa de colas El Llagal, destacando que la misma ha sido construida en línea con estándares globales en manejo de presas y con las mejores prácticas internacionales, incluyendo las del Consejo Internacional de Minería y Metales (ICMM, por sus siglas en ingles) y la Asociación Minera de Canadá (MAC, por sus siglas en inglés) y en cumplimiento con las normativas vigentes en el país.
Propietarios de parcelas y viviendas de esta comunidad, lugar donde se piensa construir la presa de colas, comenzaron a firmar de manera voluntaria con la compañía minera Barrick Pueblo Viejo, mientras que otros lo harían en los próximos días.
El agricultor Facundo Heredia Reyes, las domésticas María Guzmán y Luz María Mendoza, así como la estudiante Estefany Guzmán, de 61, 48, 29 y 25 años de edad, respectivamente, manifestaron que decidieron firmar, porque confían en lo establecido en el contrato que la compañía minera le ha suministrado y que contempla reubicarlos en nuevas viviendas, con una porción de terreno para sus labores agrícolas y dinero a quienes califiquen, de acuerdo a cada caso.
Precisaron que, aunque no quieren irse de su lugar de origen, entienden que el progreso del país no se puede paralizar.
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En su opinión, si el desarrollo de la minería se ejecuta en completa armonía con el medio ambiente y la debida protección de los recursos naturales, ellos no se oponen, aunque consideraron que confían en que la Barrick cumpla con lo pactado.

Facundo Heredia sostuvo que aunque no ha firmado, sí mostró su disposición de hacerlo en los próximos días, por entender que dentro del presente proceso que viven los lugareños de las comunidades El Rayo, Los Naranjos, Los Higos, La Tres Bocas, Arroyo Vuelta, Zambrana y La Lajas, puedan generarse mejores oportunidades para el desarrollo, no solo de ellos, sino, de toda la provincia Sánchez Ramírez.
“Estoy de acuerdo en que nos vayamos de ahí, de donde estamos, porque hemos entendido que es una reubicación involuntaria y yo no puedo oponerme, lo que sí espero es que este proceso pueda generar algo para que podamos vivir mejor”, dijo.
Con relación al papel que han estado asumiendo las autoridades gubernamentales, aseguró que han estado cumpliendo con su deber y abogó para que el dialogo continúe.
En tanto, Luz María Mendoza dijo que decidió firmar el contrato, con la esperanza de que tanto sus tres hijos como su esposo, quien se dedica al trabajo informal, tengan mayores oportunidades en el lugar donde serán reubicados.
De su lado, María Guzmán, madre soltera de tres hijos, dice que aunque tampoco ha firmado, sí aseguró que lo hará, por entender que al lugar donde serán reasentados van a estar más cómodos y, además, porque según expresó, dicha minera continuará brindándole todo el apoyo necesario durante los próximos tres años, para que éstos se puedan desarrollarse en diversas áreas.
Para la estudiante Estefany Guzmán, madre y casada, las compensaciones que le han ofrecido son justas: recibirá una casa de tres habitaciones, más de 300 mil pesos, así como tarea y media de tierra para poder cosechar los frutos deseados. “Donde estaremos habrá mejores condiciones de vida, una escuela, un hospital, los caminos serán mejores”, agregó Guzmán.
Proceso
La labor de reingeniería, según aseguró una fuente a este medio de comunicación, es que se trata de un proceso holístico, en el que la empresa no solo entrega las viviendas, sino, que además, proporciona medios para que los nuevos adquirientes puedan desarrollarse de acuerdo a estándares internacionales que aplican en el proceso.