Madrid, España.- La Federación Internacional del Automóvil (FIA) ha informado este lunes de que la escudería italiana Ferrari ha vetado su propuesta de imponer un precio máximo para el conjunto motor/caja de cambio de los coches del Mundial de Fórmula Uno a partir de 2017.
La FIA informa mediante una nota de que su grupo estratégico para la F1 ha estudiado una serie de medidas, que no son definitivas, con el objetivo de reducir los costes de los equipos que participan en el campeonato. Así, la FIA propone establecer un techo global de costes, la reducción de éstos mediante normas técnicas y deportivas y el incremento de la estandarización de las piezas de los coches.
La FIA señala que en la última reunión de su grupo estratégico sugirió, de acuerdo con la FOM, el principio de establecer un precio máximo para los motores y las cajas de cambio para los equipos clientes. Estas medidas se han “sometido a votación y aprobadas por una gran mayoría”, aunque precisa que el equipo Ferrari “decidió oponerse al ejercer el derecho de veto que le reconocen los acuerdos que desde hace mucho tiempo rigen el gobierno del Mundial de F1″.
La FIA agrega que “por el interés del campeonato” ha “decidido no contestar jurídicamente al ejercicio del derecho de veto de Ferrari» y explica que va a iniciar una consulta entre los actores del campeonato para la eventual introducción de la figura del motor-cliente disponible a partir de 2017″. “Tras esta consulta, podría decidirse la convocatoria de este futuro motor-cliente, cuyo coste será netamente inferior a la actual motorización”, señala.
La FIA “continuará trabajando para asegurar una larga duración del campeonato y a buscar soluciones que lo permitan. Asimismo, invita a los equipos a que contribuyan positivamente a sus propuestas con iniciativas que vayan en interés del campeonato y su larga continuidad en el tiempo».
Según informa Autosport, los clientes de los fabricantes de motores -Mercedes, Ferrari y Renault- pagan alrededor de 20 millones de euros por temporada por el suministro de las unidades motrices.
La intención de la FIA es que este trío de fabricantes cobren menos de la mitad de esa cantidad para tratar de bajar lo máximo posible los costes, algo a lo que sólo se opone Ferrari.