La subida de la inflación, el encarecimiento del precio del petróleo o un proceso más lento de bajada de los tipos de interés son algunos de los riesgos a los que se enfrenta la economía mundial si se produce una escalada de tensión en Oriente Medio, advirtió este martes el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Nos preocupa la posibilidad de que el riesgo geopolítico afecte a los mercados de productos básicos y, por tanto, al comercio y a la economía global”, apuntó en una entrevista con EFE el economista jefe del FMI, Pierre Pierre-Olivier Gourinchas.
Lo sucedido con el ataque de Irán a Israel este fin de semana «no es un buen avance para la economía global, pero es un poco pronto para evaluar realmente si esto tendrá un impacto significativo”, afirmó Gourinchas.
El FMI publicó este martes su último informe de perspectivas económicas mundiales (WEO, en inglés) en el que eleva una décima el crecimiento global para este año, hasta el 3,2 %.
El informe destaca además la «sorprendente resiliencia» de la economía, pese a las tensiones geopolíticas por las guerras de Ucrania y Gaza y la cada vez mayor fragmentación del comercio mundial.
Pese a que el alcance hasta ahora de la guerra de Gaza, que arrancó hace seis meses, ha sido moderado, el FMI dibuja en su informe un escenario de un posible empeoramiento del crecimiento global por el conflicto.
Además, podría provocar una subida de los precios del petróleo y la energía, los costes de envío y los precios de los alimentos.
“Si tuviéramos un aumento del 15 % en el precio del petróleo y un aumento significativo en los costes de envío, entonces habría un impacto en la inflación global, que aumentaría alrededor de 0,7 puntos porcentuales en 2024”, detalló Gourinchas durante la entrevista, realizada en el marco de las reuniones de primavera del FMI y el Banco Mundial (BM) que se celebran estos días en Washington DC.
Los shocks geopolíticos –también la guerra de Ucrania– podrían por tanto complicar el proceso de desinflación en curso y retrasar la flexibilización de las políticas de los bancos centrales prevista para este año.
Estos shocks, añade el FMI en su informe, afectarían a los países de manera distinta, “con efectos particularmente agudos en los países de bajos ingresos donde los alimentos y la energía constituyen una gran proporción del gasto de los hogares”.