Fraudes y picaresca en la República Dominicana como plagio de la cultura light a escala planetaria

Fraudes y picaresca en la República Dominicana como plagio de la cultura light a escala planetaria

§ 1. Hace añales, y pienso que a partir de la caída del muro de Berlín y la disolución de la antigua Unión Soviética y sus aliados socialistas del Este de Europa, en la República Dominicana y en la mayoría de los países de América Latina se perdió para largo rato la creatividad y la invención tal como nos la legaron los grandes escritores, pintores, humoristas y ensayistas de finales del siglo XIX y durante todo el siglo XX, cuya última demostración fue el llamado boom literario con Gabriel García Márquez a la cabeza y la cohorte de novelistas que siguieron los pasos de aquella travesía cultural.

§ 2. Hoy, la borrachera de humor de Cien años de soledad o la crítica circunspecta al militarismo latinoamericano en La ciudad y los perros o como si fuera poco el rompecabezas o puzle de los desconocido de Rayuela y el satirismo demencial y colmo del sarcasmo de Yo el Supremo han quedado sepultados en los anaqueles de las dos o tres librerías que todavía no han cerrado sus puertas y han sido sustituidos por las obras de unos señores de apellidos muy estrambóticos como Grisham, Ken Follett y una retahíla interminable de libros compuestos en los cuartos fríos de las oficinas de mercadeo del planeta que reproducen la ideología y la jerga de la globalización y el neoliberalismo en su etapa más aventurera, más distópica y más absurda con la creación de mundos y escenarios con superhéroes que no guardan ninguna verosimilitud con la vida miserable, las pandemias, inflaciones, recesiones, inundaciones, sequías y demás desastres creados por el cambio climático o los asesinatos a mansalva en las calles y escuelas producto del fundamentalismo y el odio al prójimo en vez de los asesinos enfrentarse a los responsables políticos de ese estado lamentable de cosas o al exhibicionismo, las excentricidades y extravagancias de los hombres más ricos del mundo publicadas en la revista Forbes. A más de uno les ha costado la vida ese género de depravación e impudor, pues los servicios secretos del mundo no toleran ver en los periódicos o la televisión el espectáculo bíblico de Sodoma y Gomorra representados por sus príncipes y gobernantes, y menos aún soportan que los celestinos de estas altas personalidades se pavoneen en la prensa y publiciten las orgías de tan interesante clientela.

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§ 3. Los grandes fraudes bancarios, comerciales, financieros, inmobiliarios, los escándalos amorosos de monarcas, príncipes, princesas, gobernantes, ministros y celebridades del mundo del espectáculo que uno ve con estupor a la distancia de 8 mil kilómetros en Europa o 3 o 5 mil kilómetros de costa a costa en los Estados Unidos, son reproducidas en nuestro país o en América Latina como pequeñas copias al carbón. Incluso un canal de televisión del viejo proyecto socialista como es Cubavisión reproduce con pasmosa realidad la cultura light del cine norteamericano con westerns, comedias y melodramas al mejor estilo del viejo Hollywood y reproduce conciertos de la odiada música alienante norteamericana o europea llamada rock, pop, etc., mangas o muñequitos de Disney al creer quienes copian tales obras para consumo de su población que alguna pizca de crítica al imperialismo vehiculan semejantes producciones que, para mí, se inscriben en la ideología mercadológica del sueño americano diseñado por los grandes publicitarios que iniciaron esos trabajos en los años 1920 y han culminado con la hegemonía de la cultura light a escala planetaria y de la que no han podido librarse ni siquiera los fundamentalismos de los países árabes y menos los más occidentalizados.

§ 4. Y todo esto que está sucediendo ante nuestros ojos transmitido al instante por los canales mundiales del cable pasa inconscientemente como la picaresca española que arranca con la miseria del pueblo y el esplender del oro y la plata de América un poco después de la prefiguración de El lazarillo de Tormes de Alfonso de Valdez y magnificado por la pluma de Cervantes, Quevedo y un poco Lope, quienes se nutrieron de las narraciones de los conquistadores que estaban obligados por la monarquía a escribir sus aventuras, crueldades, ruindades, vigilados por unos oidores y jueces de residencia implacables y celosos guardianes de los intereses de los monarcas españoles, cuyas riquezas iban a parar a los bolsillos de los banqueros alemanes y holandeses para costear los lujos y vanidades de un país que no pudo nunca estar a la altura de la acumulación originaria de los príncipes luteranos al no poder rebasar el mercantilismo medieval.

§ 5. Pequeñas copias al carbón fue lo que nos legaron los hijos de los peninsulares al dirigir el proceso de la primera independencia hispanoamericana liderada por Bolívar, San Martín, Sucre, O’Higgins y los demás prohombres secundarios en quienes recayó el poder una vez asesinados o muertos los héroes de aquella primera gesta amamantada por los libros candentes de la Ilustración francesa y el pensamiento federalista y comunitario de algunos prohombres de la Revolución de las treces colonias en contra de Inglaterra. Los nuestros, nuestros príncipes hijos de peninsulares hicieron lo que aprendieron de sus padres: apropiarse de la tierra y crear los grandes latifundios, haciendas contra industrias, caudillismo y caciquismo contra la democracia libresca analizada por José Martí. Esa fue nuestra copia al carbón, minúscula, que dura ya 200 y más años y seguimos reproduciendo cotidianamente, en medio de la miseria espantosa que se extiende desde el Río Bravo hasta el Cabo de Hornos, la misma ideología colonial que nos hundió en el clientelismo y el patrimonialismo y que las derechas no han podido salir de ese pantano político y han preferido adherirse como rémora a la Persia del Norte cada vez que peligran los intereses de esas oligarquías latinoamericanas y de los gobiernos que las representan. Y las izquierdas cuando toman el poder, sea por la vía violenta o por los votos, son tan débiles y no cuentan, por supuesto, con estructuras partidarias económicamente sólidas para enfrentar el bloqueo y la paralización de toda iniciativa que tienda a mejorar sustancialmente el bienestar de la clase obrera, de la clase media y de la inmensa mayoría de pobres y debe entregarse, como su adversaria de clase de derechas, ya fuera a Moscú o a Pekín o cómicamente a regímenes ultra-autoritarios de partido único o a veces francamente hilarantes como los de Albania o Corea del Norte. En la noción de partido único está inscrito el fracaso de cualquier gobierno de izquierda y si franquea la línea del socialismo ortodoxo o el comunismo, la falta de control de la producción lo pierde sin misericordia.

Síntesis

§ 6. De modo que el panorama que observo para la República Dominicana, sobre todo a través de su economía de servicios (dependiente del turismo, las remesas y las zonas francas), así como de los préstamos y ayudas internacionales de los bancos controlados por la Persia del Norte, y el deterioro veloz de la educación primaria, secundaria y universitaria (último lugar en los medidores de calidad y eficiencia), no pintan otra cosa que un crecimiento alocado de la construcción y un gigantismo de las ciudades, una continua fragmentación del territorio del país indispensable al gigantismo de la burocracia pública y un plagiariato cultural de las jergas internacionales de la globalización, el neoliberalismo y su cultura light en la que la vida se reduce a lo lúdico o hedonismo, al relativismo, la permisividad y el materialismo (tanto tienes, tanto vales) y, por el lado de las mentalidades y las religiones, se otea un crecimiento y una expansión de los fundamentalismos en brazo de los cuales se echan la clase media y los pobres cuando pierden la esperanza y la orientación del sentido de la lucha política que puede desembocar en apoyo a las dictaduras.

Estos fundamentalismos son semilleros de dogmatismo y surgen, del lado de los miserables, como en la picaresca, las bandas que cobran peaje de lo que sea, los delincuentes individuales, los timadores, los embaucadores y los fraudes en los estamentos de las clases oligárquicas y la fracción burguesa subordinada a esta última. No es un azar que ante este pronóstico rocambolesco haya surgido un momentáneo Ministerio Público independiente como un freno a las apetencias que a mitad de cualquier gobierno se desparraman como las manadas de toros que encuentran un potrero sin puertas. ¿Hasta cuándo resistirá o existirá ese Ministerio Público independiente creado por la voluntad personal de un mandatario?

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