Bonao, Monseñor Nouel.- El rechazo a la presencia minera Barrick Gold y a la construcción de una presa de cola, se sintió hoy de manera contundente, luego de que cientos de personas de distintos puntos del país agrupados en la iglesia católica, ambientalistas, movimientos populares y activistas, marcharan por la autopista Duarte, en un llamado de atención para que las autoridades escuchen sus reclamos.
Con pancartas y las consignas, “fuera, fuera Barrick Gold”, “Esta lucha va a llegar al Palacio Nacional” y “El pueblo unido jamás será vencido”, los manifestantes partieron desde Sabana del Puerto y concluyeron en la plaza Jacaranda. Fue un recorrido de 9 kilómetros en plena vía pública, defiendo lo que consideran el derecho a vivir en una nación en paz y sin contaminación.
A la jornada acudió el vocero de la Policía Nacional, Diego Pesqueira; no faltaron contingentes policiales y militares que vigilaban la caminata, pero no se reportaron incidentes que lamentar, excepto gas pimienta que habría lanzado un agente policial.
“La marcha es el proceso del inicio de luchas que vamos a desarrollar en todo el país con distintas manifestaciones en contra de la presencia de la Barrick Gold, la construcción de la presa de cola y por la indemnización a las familias afectadas en las inmediaciones donde opera la minera”, afirmó el dirigente popular Osvaldo Brito.


Brito, vocero del Frente de Lucha, Unidad y Progreso (Flup), dijo que en la marcha-caravana participaron un grupo de sacerdotes, entre ellos, Fausto García, Ramón-Nino-Ramos, y el padre Columna, así como líderes ambientalistas de diferentes puntos del país.
Manifestó que la marcha es en repudio a toda agresión que ha desarrollado la minera Barrick Gold y un contrato estafa donde el pueblo y la zona de Cotuí, todo Sánchez Ramírez y el Bajo Yuna, están contaminados por la explotación minera.
Rafael Jiménez, vocero oficial de la actividad, leyó el manifiesto de la protesta, en el que los organizadores establecieron que el progreso de la Barrick Gold está fundamentado en destrucción para el país. Los manifestantes dijeron que medio siglo de actividad minera han demostrado su irresponsabilidad ambiental.

Dijeron que su lucha es pacífica, sin armas y sin pelear con nadie en particular, sino con el único fin de que la minera ubicada en la zona de Cotuí abandone la República Dominicana.
Asimismo, los manifestantes llamaron a los militares, profesores y líderes religiosos del país a sumarse a la lucha en defensa de la nación.