Si hay algo que caracterizó a la hoy inmortal del voleibol, Cosiris Rodríguez, en su carrera, fue que se exigía el triple a ella misma en la cancha.
“Yo me defino como una jugadora guapa en la cancha y también llorona al mismo tiempo porque creía en la perfección y cuando las cosas no salían bien, me dolía”, dijo al responder preguntas en el “Diálogo con los Deportistas”.
Manifestó que en los juegos de mucha importancia siempre pedía la bola, ya que se preparaba para ello y así aportar en las victorias de la Selección Nacional.
Dijo que se puede calificar de guapa en la cancha porque siempre estaba comprometida a darlo todo en la cancha.
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“Yo duraba ocho y 10 horas entrenando para lograr victorias y por eso nos esforzamos al máximo y por eso no me gustaba perder porque sabíamos que estábamos mejor preparados por las rivales”, añadió.
Señaló que cuando las cosas no salían bien, entonces eso le creaba cierta impotencia y salían las lágrimas de frustración. Comentó que tenía que hacer mucho sacrificio para tener el nivel de juego que se le exigía en los juegos y por eso se entregaba en cuerpo y alma.
En otro orden, dijo que en San Cristóbal, su pueblo, hay mucho talento donde el país podrá tener jugadoras de mucho nivel.