El secretario para el fortalecimiento de la democracia de la Organización de Estados Americanos (OEA), Francisco Guerrero, alertó ayer que las “aguas turbulentas” por las que transita la democracia ameritan del fortalecimiento de las institucionalidad y de voces plurales que rechacen cualquier intento de “linchamiento mediático” contra los organismos electorales y sus autoridades.
Advirtió que denigrar y estigmatizar las instituciones causa daños irreparables a la confianza ciudadana y a la democracia.
Recomendó a los actores políticos y sociales defender y fortalecer la democracia desde el ejercicio de una participación ciudadana propositiva, que active sus mecanismos democráticos y aporte en la construcción de la confianza pública permanente.
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“Recuperar la confianza en las autoridades electorales es indispensable para un proceso electoral y sus resultados, en el que aceptar la derrota es esencial para que funcione la democracia y sean legítimos de los gobiernos electos”, expresó Guerrero, al dictar la conferencia inaugural en el primer Congreso Internacional Democracia, Elecciones e Identidad, que desarrolla la Junta Central Electoral (JCE).
Elecciones limpias
Según una nota, Guerrero sostuvo que cuando las elecciones son celebradas con integridad, es honrado el principio democrático básico de la igualdad política, ya que unos comicios justos, equitativos, competitivos y transparentes son el pilar fundamental que edifica la confianza pública y pueden ser resueltos de forma pacífica los conflictos.
Sobre los árbitros electorales
El secretario para el Fortalecimiento de la Democracia de la OEA, exhortó a los actores a defender y fortalecer la democracia, desde el ejercicio de una participación ciudadana propositiva, que active sus mecanismos democráticos y que aporte en la construcción de la confianza pública permanente.
Respecto a la integridad electoral
Guerrero afirmó que el concepto de integridad en materia electoral tiene al menos 5 elementos: la confianza pública como pilar fundamental, el trabajo de organismos electorales profesionales e independientes y técnicos, la participación política universal e igualitaria, la observación electoral y la regulación del financiamiento político.
“Cuando las elecciones se celebran con integridad, se honra el principio democrático básico de la igualdad política. La celebración de elecciones justas, equitativas, competitivas y transparentes, es el pilar fundamental en donde se edifica la confianza pública y constituyen el núcleo de la capacidad democrática para resolver pacíficamente los conflictos”, agregó.