La gran razón por la cual los estudiantes del Liceo Isidro Antonio Estévez, en Blanco Arriba, Tenares, provincia Hermanas Mirabal, toman clases en una funeraria ha sido por el retraso por una década de la entrega de su centro educativo cuya sede estaba a punto de colapsar. Tienen dos meses en el lugar.
La funeraria es compartida con un centro comunal donde los 198 estudiantes de jornada extendida son distribuidos en una nave de Infotep, dos aulas en el centro y una dentro del salón de velatorios prestado por el director distrital de la zona, Alexis Inoa.
A raíz de la voluntad del personal por no detener la docencia, Juana de la Cruz, directora del centro, narró el malestar e incomodidad que diariamente genera entre los estudiantes y el cuerpo docente estar en el lugar.
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Explicó además que, ante la espera de ser reubicados hacia la nueva infraesctrutura la parte administrativa presta sus funciones en el decaido plantel arropado entre la maleza y insectos.
Detalló que los trabajos de construcción iniciaron hace diez años en la gestión del ex presidente Danilo Medina el cual al finalizar su mandato los trabajos quedaron avanzados en un 75%, pero cinco años después, faltan con un 10% para ser entregados, pero su lentitud ha generado grandes inconformidades.
Ante la cercanía de las pruebas nacionales, dijo que tuvieron que pedir otro espacio para poder impartir las clases a los estudiantes del último grado limitando aún más los recursos del centro.
Tanto el almuerzo escolar como el desayuno, expresó, son servidos en el mismo lugar atentando contra la salud y bienestar de los estudiantes y personal docente mientras las reuniones pedagógicas son realizadas en las aceras de la edificación, sin ventilación ni seguridad.
Ambiente genera impacto negativo en estudiantes
Roseli Rodríguez, psicóloga escolar del centro, citó como las limitaciones del espacio y la forma de recibir clases ha impactado negativamente en los procesos de aprendizaje, pero más emocional. El descontento, dijo, ha sido masivo.
Mientras, Fatima Castillo, coordinadora pedagógica, también externó su preocupación ya que al ser el único centro secundario que opera en la zona puede generar en el futuro gran tasa de ausentismo en los estudiantes por cómo se imparte la docencia.