En varias ocasiones he elogiado la trayectoria como dirigente del presidente del Comité Olímpico Antonio Acosta.
Contrario a algunas personas que tiene a su lado, y que le quieren “meter un cuchillo por la espalda”, yo lo aprecio. Sin embargo, hoy debo decirle que está actuando “muy mal” con respecto a la delegación que va a los Juegos Bolivarianos.
Leí que el COD piensa hacer un préstamo para completar la delegación que va a esos juegos.
Queriendo, o sin querer, han maltratado al ministro de Deportes, Francisco Camacho, quien desde que llegó a Miderec ha sido un aliado del Comité Olímpico.
Lo primero es que Acosta sabe que los Juegos Bolivarianos no tienen la relevancia para llevar una delegación de más de 400 personas.
Segundo, Camacho le había comunicado con tiempo que contara con el apoyo para una delegación de 278 personas. Ahora se produce un “tranque” por lo referente a licitación de uniformes, hoteles, dietas, transporte, toda esa logística, que se dispara de manera abrupta.
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El COD puede hacer ese préstamo, pero sin la maldad de hacer creer que Camacho y el Gobierno abandonaron a la delegación.
Camacho les devolvió la independencia económica a las federaciones, y su dinero para eventos internacionales se los entrega a tiempo, y sin embargo, con la actitud del COD con el supuesto préstamo, se le da una puñalada.
El deporte debe manejarse unido, pero bajo normas de transparencia, coordinación, planificación y aplicando lógica de cuándo un evento es realmente relevante.
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FRANKLIN MIRABAL es desde hace 26 años Editor Deportivo de HOY