Mantenerse hidratado es fundamental durante todo el año, pero en verano más aún, debido al intenso calor
Algunos grupos son particularmente vulnerables a la deshidratación. Los niños, debido a su menor tamaño corporal y alta tasa de metabolismo, pueden deshidratarse rápidamente si no se les asegura una adecuada ingesta de líquidos.
Los ancianos también están en riesgo, ya que su capacidad para sentir la sed disminuye con la edad y su cuerpo tiene menos capacidad para manejar cambios en el equilibrio de líquidos.
Las personas con condiciones médicas crónicas como diabetes o enfermedades renales deben estar especialmente atentas a sus necesidades de hidratación y consultar con su médico sobre cómo manejar la ingesta de líquidos.
Prevención y Cuidado
La prevención es clave cuando se trata de la hidratación en verano. Mantenerse bien hidratado antes, durante y después de la exposición al calor puede ayudar a prevenir la deshidratación. Si se planea realizar actividades físicas al aire libre, es aconsejable hacerlo en las horas más frescas del día y tomar descansos frecuentes para rehidratarse.
Además, es crucial estar informado sobre los riesgos del golpe de calor y reconocer los síntomas de deshidratación para actuar rápidamente si se presentan.
Podemos concluir puntualizando que la hidratación es un aspecto fundamental para la salud, especialmente durante los meses de verano cuando las condiciones calurosas y la mayor actividad física aumentan el riesgo de deshidratación.