Ninguna de las partes de la marimba es tan importante como la pasión que le pone quien la toca y ese ingrediente indispensable lo tienen de sobra en Guatemala, País Invitado de Honor en la vigésimo primera Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2018.
Sus artistas presentaron un poco de lo mucho que su cultura tiene para el mundo, en la sala Carlos Piantini del Teatro Nacional Eduardo Brito, en un concierto para la historia.
El Ballet Moderno y Folklórico de Guatemala, con más de medio siglo de historia, se puso el reto de presentar una pieza de danza contemporánea por primera vez fuera de su tierra y eligieron a República Dominicana para ese honor. Fueron dos funciones repletas de color, ritmos, personajes, danza y drama.
La función “El Señor Presidente”, dirigida por Fernando Juárez, captó la atención del público incluso en el preludio de que el telón se abriera. Los bailarines salieron de repente por varios rincones del teatro con vestimentas rasgadas que se hacían acompañar de gritos y murmullos dementes. Interactuaron con los presentes, quienes no cesaban los aplausos.
La pieza coreográfica interpreta lo que el premio Nobel de Literatura, Miguel Ángel Asturias, quiso plasmar en la pieza homónima. El hijo del laureado autor guatemalteco, Miguel Ángel Asturias Amado, estuvo presente en la sala y recibió la ovación del público en honra a la memoria de su progenitor, uno de los autores latinos más importantes del siglo XX.
El esplendor de la creatividad se notó en el teatro porque, no solo fue danza contemporánea, también se unió la plástica con una escenografía surrealista, la magnífica caracterización de los personajes y una producción musical sin desperdicios que evocaba el dolor más hondo de los oprimidos que figuran en la obra de Asturias, un universo atemporal de la imaginación.
Fueron dos puestas en escena, los días viernes 21 y sábado 22 del corriente, ambas a casa llena con entradas gratuitas. El objetivo del Ballet Folklórico de Guatemala es coreografiar las letras de “El Señor Presidente”, interpretar los morfemas del literato; en todas las presentaciones se logró la meta, las críticas así lo confirman.
“Ser el país invitado ha sido una experiencia muy importante porque cuando dos naciones se unen entre sí, se vuelven hermanos. Eso es justamente lo que hoy somos, hermanos”, expresó el embajador de Guatemala en República Dominicana, Rudy Coxaj, además de agradecer por la acogida que los organizadores del evento les han dado a los suyos.
Suena a marimba
La función principal era la del ballet guatemalteco, pero antecedió un concierto de marimba que dejó una sensación muy agradable en el paladar musical de quienes estuvieron presente. Se escucharon las penetrantes notas de “Tikalito” de Mardoqueo Lirón, luego “Llegarás a quererme”, de Salomón Argueta, y “Ave lira”, de Luis Bethancour.
Los tonos y colores de la marimba, magistralmente tocada, confirmó por qué en Guatemala este instrumento es un patrimonio nacional. La sensación de estar surcando las montañas centroamericanas es inevitable, el sonido envolvente te atrapa sin pedir permiso.
Y así se disfrutaron estos dos días de cultura artística guatemalteca, recursos que se pueden profundizar visitando su pabellón en la FILSD 2018. Los aportes que pueden hacer a Quisqueya son incalculables, sobre todo porque la hermandad cruza las fronteras y se extiende tan lejos como los tonos de la marimba y la tambora.