Los haitianos tienen varios días en las calles pidiendo la renuncia del primer ministro Ariel Henry. AP
En los últimos meses en el pobre país se han agravado las condiciones sociopolíticas, económicas y sanitarias
Las actividades en Haití seguían ayer, jueves, sin reanudarse con normalidad, en medio del temor de Naciones Unidas a que el cólera se expanda por el país y de una crisis a todos los niveles que ha llevado al Gobierno a pedir ayuda a la comunidad internacional.
El Ejecutivo ve la situación actual como una crisis humanitaria, en un contexto marcado por el agravamiento de las condiciones sociopolíticas, económicas y sanitarias y por los saqueos y la violencia.
Este jueves, la ciudad de Les Cayes (sur) fue escenario de saqueos por parte de un grupo de manifestantes que exigía al Gobierno que dé marcha atrás en su decisión de aumentar, por segunda vez en menos de un año, el precio de los combustibles, anuncio que se ha traducido en un agravamiento de la situación.
A todo ello se suma la reaparición del cólera, que, según datos de la ONU, ya ha causado 7 muertos en Haití, con 11 casos confirmados (cuando el domingo eran solo 2) y 111 por confirmar.
Le invitamos a leer: OEA pide apoyo a Estados miembros para restablecer seguridad en Haití
El rápido avance de los casos en varios barrios de Puerto Príncipe hizo que la ONU alertara este jueves que el cólera “puede aumentar exponencialmente” en Haití, en especial ante la escasez de combustible, con la consiguiente paralización de la mayoría de las plantas potabilizadoras de agua y el cierre o restricción de muchos servicios hospitalarios.
Ante esta situación, el primer ministro haitiano, Ariel Henry, solicitó a “la comunidad internacional, a todos los países amigos”, ayuda para “combatir esta crisis humanitaria».
“Queremos que nos den todo el apoyo que necesitamos para evitar que la gente muera en gran número si no se hace nada”, dijo Henry en su tercer mensaje a la nación, al expresar su deseo de que, frente al cólera, el agua potable y los medicamentos lleguen a los enfermos y las potabilizadoras vuelvan a funcionar.
“Queremos que se ayude al país para que el combustible pueda llegar a los surtidores, para que todos los niños puedan ir a la escuela con seguridad y todo el mundo pueda ocuparse de sus asuntos sin miedo y sin preocupaciones”, agregó.
Un panorama sombrío
La coordinadora residente de la ONU para Haití, Ulrika Richardson, ofreció este jueves una rueda de prensa telemática desde Puerto Príncipe, donde dibujó un sombrío panorama económico y humanitario, que se traduce en saqueos, escuelas que llevan un mes cerradas, violencia sexual y cortes de carretera que mantienen incomunicadas grandes partes del país.
Y ahora el brote de cólera.